A la tercera parece que irá la vencida y el Casademont Zaragoza podrá jugar contra el Estudiantes en el WiZink Center (20.30 horas). Primero la borrasca Filomena y después un brote de coronavirus en el equipo colegial han aplazado en dos ocasiones este duelo de la jornada 19 de la Liga Endesa previsto inicialmente hace casi un mes y que debía cerrar la primera vuelta de la competición. Un partido importante para la clasificación porque el equipo aragonés tiene la oportunidad de dejar atrás a otro rival directo.

En estas semanas han cambiado algunas cosas. El Casademont Zaragoza tiene mejor cara y ha subido puestos en la clasificación después de tres victorias consecutivas ante otros tantos rivales directos. Después del traspiés en Vitoria, donde el Baskonia no le dejó ser él mismo, el equipo aragonés afronta otra semana con doble partido ante equipos de la zona baja en la que puede poner una distancia casi definitiva con los puestos de peligro. Sigue sin poder contar el conjunto zaragozano con San Miguel, ha perdido a Thompson y ha recuperado a Justiz. Además, Harris, que iba a debutar en Madrid, ya ha mostrado su solvencia en el equipo.

El Estudiantes se presenta con una novedad importante. Tras ser declarado apto en el reconocimiento médico el lunes por la tarde, podrá debutar el base puertorriqueño JJ Barea, último fichaje estudiantil tras catorce años en la NBA entre Dallas y Minnesota. Un refuerzo de campanillas para un equipo que empezó la temporada con energía, sumando cuatro victorias en los ocho primeros partidos, pero que se frenó después sumando solo un triunfo en los siguientes ocho encuentros. No poder jugar durante un mes ha ido descendiendo poco a poco al equipo madrileño en la clasificación.

Las trabas

Con todo, la mayor incógnita de esta noche será el estado del equipo de Javier Zamora, que no juega un partido desde el 29 de diciembre. Tenía que empezar el año contra el Obradoiro, pero el coronavirus había llegado a Santiago de Compostela. Después fue Filomena quien impidió viajar al Casademont hasta Madrid y luego el virus afectó al conjunto del Ramiro con seis positivos en su plantilla y alguno más en el entorno del equipo. Así que el Estudiantes ha ido viendo cómo se aplazaban sus partidos uno tras otro. El último, el que debía haber disputado este mismo fin de semana contra el Gipuzkoa.

Sin poder jugar y sin entrenar en condiciones se presenta el conjunto de Javier Zamora, algo que el Casademont quiere convertir en un arma a su favor. Desde luego, los aragoneses llegan perfectamente rodados a la cita y en un estado de forma más que positivo pese al último partido ante el campeón. El bloque de Sergio Hernández debe recuperar la versión que le hizo ganar cinco de los seis partidos disputados en enero, su juego ofensivo alegre y arrollador. Su éxito se había basado en la capacidad de anotar cerca de cien puntos por partido, la cifra más alta de la competición. En Vitoria la defensa de Dusko Ivanovic le dejó en solo 61, la peor cifra del curso.

Si el Casademont es capaz de recuperar sus registros tendrá mucho avanzado para superar al Estudiantes, cuya media de puntos a favor está en 79,2 por partido. Su mejor jugador, a falta de ver el rendimiento que ofrece Barea, es el escolta Aleksa Avramovic, con 14,9 puntos y 15,3 créditos de valoración por partido. El rebote es territorio de Ángel Delgado (5,2), Víctor Arteaga (4,9) y Alessandro Gentile (4,8). El equipo estudiantil sigue sin poder contar con uno de sus jugadores más importantes, Edwin Jackson, que sufrió la rotura del ligamento escafo-semilunar de su muñeca derecha el 24 de septiembre.

Con más incógnitas que certezas se presenta este choque dos veces aplazado. La única clara es que por fin podrá disputarse y que el Casademont Zaragoza tiene la oportunidad de seguir dando pasos hacia adelante. Para ello necesita ser quien ha sido hasta ahora, recuperar y mantener su identidad ganadora.