A Oscar se le ha estropeado en buen momento la PlayStation . Hasta ahora ha tenido mucho, demasiado tiempo para intentar ganar algún campeonato virtual del F-1-2004 . "Todavía no lo he logrado. Es muy difícil", asegura. Anoche se quedó sin volver a intentarlo, ya que acudió a su primera concentración para un partido oficial desde que supuso en el pasado verano la apuesta más firme del club aragonés, que pagó unos 2,8 millones de euros al Valladolid por un mediapunta que explotó como goleador en el curso anterior. Una fisura en el pie derecho le ha impedido confirmar esa explosión en el Zaragoza y ahora, con cerca de dos meses de competición, "empiezo prácticamente de cero. Para mí ya es una gran noticia entrar en una lista, aunque sé que me va a costar hacerme con un puesto en el once", asegura.

Ese punto de partida inicial no resulta exagerado. A Oscar sólo le dio tiempo a jugar en cuatro amistosos de pretemporada y nunca lo hizo al 100%, ya que tuvo molestias en la ingle desde que arrancó el trabajo veraniego. Ante el Bolton disputó su mejores minutos, "pero entonces fue cuando me lesioné". Y esa lesión quedó confirmada al regreso de la gira inglesa: una fractura del quinto metatarsiano de su pie derecho que ha tenido una recuperación más lenta de lo esperado. "Ahora estoy a un nivel bajo. Necesito estar físicamente bien, ir entrando con el equipo y conocer a mis compañeros, porque casi no he jugado con ellos. Sólo en los entrenamientos, pero no es lo mismo", añade el mediapunta salmantino.

Por todo ello tiene asumido su papel en estos momentos en el equipo zaragocista. "Víctor tiene un bloque y una idea formados y, además, Javi Moreno y Villa están rindiendo a un nivel muy alto. Me irá dando minutos y en algún partido saldré titular. Ahí es donde tendré que ganarme la confianza". Después de jugar el Trofeo Carlos Lapetra el pasado 8 de octubre hoy puede tener esos primeros minutos de competición oficial para empezar a demostrar que la fuerte apuesta del club en sus posibilidades de futuro (21 años) está más que fundamentada. "No tengo presión por ser el fichaje más caro. Pero, obviamente, tengo que ofrecer algo a la afición. Por ello, todo depende de mi juego. Si hago las cosas bien la gente confiará en mí y, si no, lo normal es que me critiquen".

En ese sentido, la lesión dejó en segundo plano las altas expectativas que generó su fichaje, pero ahora vuelve a estar en el punto de mira. "Me llegó la mala suerte cuando más necesitaba esa pizca de fortuna, cuando tenía tantas ganas de demostrar cosas" reflexiona, con una sonrisa que deja claro que ya ha dejado atrás un túnel al que no estaba acostumbrado, "porque es la primera vez que paso más de quince días de baja".

Pero ahora es momento de mirar para adelante. No tendrá tanto tiempo para emular a Fernando Alonso, pero sí las condiciones para confirmar en el Zaragoza todo lo bueno que apuntó en Pucela. Y, como repite sin cesar, sólo depende de él.