Mistrella Murphy luce una camiseta que, en francés, reza: "Viva la resistencia". En la de Anna se puede leer no voy a ir a la p+++ Casa Blanca junto a una ilustración de Megan Rapinoe. Simón, con solo 10 años, alza una pancarta casera donde ha escrito: Mejor salario por mejor trabajo. Y la cartulina amarilla de Mary Gómez incluye gráficamente algunas disparidades de lo que cobran los jugadores de fútbol de las selecciones masculina y femenina de Estados Unidos: por ejemplo: 68.750 dólares cada uno de ellos por llegar al equipo del Mundial y 15.000 ellas; nueve millones por el título para el equipo de hombres; dos para el de mujeres.

Como sucediera el domingo en Lyon cuando la selección femenina estadounidense agigantó su leyenda alzándose con su cuarto título mundial, el segundo consecutivo, el clamor por la igualdad salarial ("'Equal Pay'!", ha tronado este miércoles junto a los gritos de USA! en el Cañón de los Héroes de Nueva York. Es la porción de la calle Broadway en que la selección ya hizo historia en el 2015 como primer equipo femenino que recorría ese mismo espacio donde llovió confeti sobre, entre otros, los astronautas del Apollo 11. Y el desfile con más de un millón de espectadores, el homenaje en el Ayuntamiento de la ciudad y toda la celebración, retransmitida en directo a todo el país, han servido para constatar la trascendencia de una victoria que ha conseguido superar los confines de lo deportivo e impulsar una conversación nacional sobre igualdad salarial pero también sobre política y patriotismo.

Posiblemente nadie como Rapinoe, la número 15, bota y balón de oro del Mundial, representa más y mejor la nueva y reforzada dimensión de esta victoria. Fue ella quien desató la ira tuitera del presidente, Donald Trump, cuando dijo la frase que ahora se estampa en camisetas, pero usando todas las letras del puta antes de referirse a la Casa Blanca. Y mientras el martes razonaba en una entrevista en CNN su posición, explicando directamente a Trump que su mensaje es excluyente y está afectando a gente homosexual como ella o a personas de color, este miércoles en el podio del Ayuntamiento neoyorquino ha pronunciado un breve pero memorable discurso que ayuda a entender que haya gente que la reclama como candidata en la carrera por la presidencia (aunque ella se encargó de descartarlo bromeando con un "estoy ocupada").

EL DISCURSO DE RAPINOE

Este grupo es resiliente y duro, no hay nada que no pueda afrontar. Tenemos pelo rosa y morado; tenemos tatuajes y rastas, tenemos chicas blancas y chicas negras y toda la diversidad en medio, tenemos chicas hetero y chicas gay, ha dicho Rapinoe antes de lanzar una propuesta a todos los que la escuchaban, en vivo o por televisión. Tenemos que ser mejores. Amar más, odiar menos. Escuchar más, hablar menos. Tenemos que saber que es responsabilidad de todos hacer de este mundo un lugar mejor, los que están y no están, todos los que no quieren estar, los que están de acuerdo y en desacuerdo.

La cocapitana de la selección, que siguiendo la estela de Colin Kaepernick ha escenificado protestas durante el himno sumándose a la lucha para que la idea de qué es ser patriota no sea solo el envolverse de palabra en bandera, himno, fuerzas armadas y país, no ha acabado ahí. Este equipo está haciendo un trabajo increíble llevando esto sobre nuestros hombros y entendiendo la posición y la plataforma que tenemos. Sí, practicamos deporte; sí, jugamos a fútbol; sí, somos mujeres deportistas; pero somos mucho más. Vosotros también. Sois más que fans", ha dicho antes de declarar que "ha llegado el momento de unirse" tras tanta disputa los últimos años. Este debate ha entrado en el siguiente nivel. Tenemos que colaborar. Hace falta todo el mundo. A todos os digo: haced lo que podáis, sed más, sed mejores, sed más grandes que nunca. Si este equipo es representación de lo que podéis ser cuando hacéis eso tomadnos por favor como ejemplo.

INVITACIÓN A WASHINGTON

En el aire está todavía si finalmente llegará una invitación de la Casa Blanca o si, en caso de llegar, la selección la rechazaría formalmente, aunque parece probable. Pero, como explicó Rapinoe en CNN, el equipo sí tiene interés en ir a Washington, desde donde les han llegado invitaciones de líderes y representantes demócratas en el Congreso como la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi; el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer; o la progresista representante Alexandria Ocasio-Cortez. Es un momento increíble poder aprovechar y hablar de las cosas que queremos hablar, así que sí al Congreso bipartidista y a cualquiera que quiera invitarnos y tener una conversación auténtica y de sustancia, dijo en la entrevista.

Hay quienes como Emma, la madre de las gemelas de 12 años Stella y Nina que recibieron a las futbolistas en Broadway, creen que sí deberían ir a la Casa Blanca. Trump espera que no vayan y si fueran le molestarían, podrían plantearle temas y preguntas y dejarle en evidencia, decía. Otros, como Anna, creen que no merece la pena porque Trump no escucha, no aprende, no tiene intención de hacerlo y no quiere mejorar. Y Mary Gómez y su hermana Lisa, que habían viajado más de 130 kilómetros desde Poughkeepsie para estar en la celebración, también entenderían la ausencia. No quieren que se aproveche de su victoria. No serán el primer equipo que no va a la Casa Blanca. Y ellas han conseguido ya su propia plataforma.