Esta vez la polémica con Sergio Ramos no ha sido por su manera de pronunciar ni tampoco por ningún desliz en Twitter. Se trata de un 'business' del futbolista del Real Madrid en Marbella (Málaga), que ha levantado ampollas entre los partidos de la oposición y los ecologistas. A través de una de sus sociedades, Ramos compró un antiguo campo de fútbol para explotarlo como un párking con capacidad para 600 plazas, en pleno centro de la ciudad. Sobre el aparcamiento, la constructora tiene pensado inaugurar después unas pistas de pádel. El problema, según publica diarioGol.com, es que se trata de un terreno (de 10.300 metros cuadrados) señalado en la instrucción del 'caso Malaya', y que, para la construcción de los accesos al citado párking, se han talado 60 árboles centenarios con el beneplácito del consistorio, que está en manos del PP.

"Atentado terrorista"

Izquierda Unida, que ha calificado los hechos de "atentado terrorista", ha pedido socorro incluso a la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, que ya se ha encadenado a los árboles otras veces para que no les hagan daño. UPyD también ha denunciado la tala.

Según el portal deportivo, el entorno del deportista desvincula la tala de los árboles con la construcción de la instalación, y dice que es cosa del ayuntamiento. El consistorio, por su parte, se escuda en que ha sido un acto de saneamiento ya que los árboles de la calle Notario Luis Oliver estaban enfermos; su tala responde a criterios "fitosanitarios", han dicho.

El recinto tiene previsto abrir en las próximas semanas.