Gijón alumbró un nuevo Eguaras. Aún a cierta distancia de su mejor versión, pero cada vez más lejos de aquella que le hizo parecer casi un desconocido. El nuevo tratamiento ha funcionado y el mediocentro lo celebra. El físico comienza a responder y el pubis, aunque sigue molestando, cada vez le permite hacer más cosas. Se acerca el Eguaras de siempre. El viejo Eguaras nuevo. «Me encontré cómodo en El Molinón. Cada vez me siento mejor físicamente y parar durante un tiempo formaba parte de la solución. Estoy muy contento», afirmó ayer el navarro.

La lesión, esa maldita pubalgia, «no me permitía ser yo mismo», aseguró el mediocentro, que admite su temor a que regresara el gran enemigo, el dolor. «El descanso me permitió trabajar muy duro y ahora, tras el parón, las sensaciones son muy buenas». Los malos tiempos quedan cada vez más atrás. «Estaba mal y fui egoísta. Sabía que no estaba haciendo bien las cosas, pero me precipité en el proceso de recuperación de la lesión», reconoce. Ahora, todo es diferente. «La lesión ya no me impide hacer cosas que antes no podía» y promete que «con el paso del tiempo se verá un Eguaras que quiere volver a ser el de antes».

El Sporting ya sufrió la mejoría del navarro. Un delicioso pase procedente de su bota derecha habilitó a Lasure en banda izquierda, para que el canterano pusiera un centro al que no llegó Gual pero que aprovechó Guti para marcar y culminar la remontada. «Pero ese pase podría haberlo cortado cualquiera. No fue así y sirvió para que la jugada acabara en gol», celebra el centrocampista, que volverá a ser titular el domingo en La Romareda ante el Málaga. «Quizá la derrota que sufrieron en casa ante el Reus hará que vengan con más hambre, pero nosotros estamos en un buen momento y con mucha confianza tras ganar dos partidos seguidos». Para ello, Eguaras cuenta con la afición, que «está respondiendo siempre».

Para el navarro, la llegada de Víctor Fernández ha supuesto una especie de bendición. «Con él ha vuelto la ilusión y la confianza que el jugador necesitaba», asegura. Con el técnico, el equipo pretende llevar «el peso del partido». Justo lo que Víctor pretende de Eguaras, un futbolista esencial para el entrenador aragonés y sobre el que se asienta la capacidad de creación del Zaragoza. «Víctor me ha transmitido, sobre todo, confianza. Me pide que quiera el balón y que arriesgue y así lo haré», aunque a veces eso provoque sustos como el que casi cuesta un gol en Gijón. «Quiere que haga mi fútbol y saque lo mejor de mí». Asoma Eguaras.