No todo el mundo puede decir que está cumpliendo el sueño de su vida. Damjan Rudez, sí. El alero croata, jugador del CAI Zaragoza las dos últimas campañas, disfruta de una "experiencia increíble", participar en la mejor Liga del planeta, en un espectáculo global: la NBA. Acaba de cumplir su primer mes disputando la competición con los Pacers de Indiana, con 15 partidos en los que promedia 18 minutos de juego y 5 puntos con un 35% en tiros de tres, su gran especialidad. El martes pasado firmó sus mejores números contra Dallas con 11 puntos y un 4/5 en tiros de campo.

"Estoy disfrutando de cada momento. Es bastante duro a veces pero es lo que quería, lo que he soñado toda mi vida. Estoy intentando ser mejor cada día y aprender algo de jugadores y entrenadores. Es una experiencia increíble", resume Rudez. El croata ha pasado de ver los partidos por televisión de madrugada a formar parte del espectáculo. "Siempre estás imaginando viendo la televisión cómo lo harías tú y estando aquí estoy muy feliz de contribuir y jugar y pelear por mi sitio. Quiero demostrar a todos que puedo jugar aquí", continúa el alero.

Y ha pasado de ver a las estrellas a jugar con ellas y contra ellas. "Sí, jugar contra LeBron, Paul Pierce... es impresionante, pero cada noche es otra, no da mucho tiempo para pensar quién esta enfrente o tener presión, hay que salir duro y ya está. Claro que miras los jugadores, son impresionantes, son casi atletas de otro mundo. Pero cuando estamos en la cancha cada uno intenta hacer su trabajo", continúa Rudez.

Para un jugador la NBA consiste básicamente en viajar y jugar. "Cuando te acostumbras te va mejor porque hay menos entrenamientos. En Europa puede ser muy difícil jugar solo una vez por semana porque si juegas mal tienes una semana por delante para estar negativo y hay que esperar al siguiente partido, eso a veces cuesta mucho. Aquí es un ritmo muy alto y tiene sus ventajas y sus inconvenientes, a veces cansa mucho viajar y no hay mucho tiempo para preparar el partido", analiza el jugador que, sin embargo, no se queja de los viajes. "Tenemos la suerte de estar en el medio de Estados Unidos, así que el viaje más largo pueden ser cuatro horas y no es lo peor que te puede pasar. Hay equipos y ciudades que tienen mucho peor plan de viajes que nosotros".

Además, Rudez ha vivido situaciones peores. "Ahora me acuerdo de viajes de 15 horas en autobús en la Liga Adriática o viajes de Eurocup con tres vuelos en un día". Eso sí, con tanto viaje, los entrenamientos pasan a un segundo plano. "No da tiempo a entrenar con cuatro partidos en una semana, solo se puede hacer un poco de tiro, reuniones, vídeos y hay que estar frescos para el partido. Esta es la diferencia más grande".

Diferencias básicas

Después de jugar en Croacia, Eslovenia, Bélgica y España --además de con la selección nacional--, Rudez tiene claras las principales diferencias entre Europa y Estados Unidos en cuestión de baloncesto. "La diferencia fundamental son la línea de tres, para los jugadores que llegan de Europa, y la rapidez del juego, el ritmo de partido. Se juega más rápido que en Europa, a veces es increíble". Incluso se juega más rápido de lo que parece a través de la televisión. Cuestión de percepción. "Verlo por la tele a las dos o las tres de la mañana es muy diferente que verlo desde el banquillo. El tiempo pasa mucho más rápido ahora para mí. Mirando los partidos en Europa quieres irte a dormir y a veces parece que el partido dura cinco horas y no dos y media".

Rudez ha tenido que acostumbrarse a la nueva distancia de tres puntos. "Necesitaba un ratito para acostumbrame, no es fácil, tirar 20 años desde una distancia y ahora cambiarlo, pero pienso que estoy mejorando. Tuve unos partidos con altos porcentajes de tres y eso es buena señal, me salen mejor las cosas ahora que hace unas semanas cuando llegué". El secreto de Damjan Rudez solo es uno: trabajo. En Indianápolis hace lo mismo que en Zaragoza: es el primero que llega a los entrenamientos y el último que se marcha. Ha perdido la cuenta de cuántos triples ha lanzado desde la nueva distancia.

"Soy rookie, es una de mis obligaciones, soy el primero que llega y el último que se va a casa, estoy intentando mejorar y trabajar mucho. Es lo que he hecho toda mi vida, el trabajo es lo que me ha traído a donde estoy aho-