Otra vez Soraya Sáenz de Santamaría ha dejado plantado al nuevo dirigente del PP, Pablo Casado, el compañero de filas al que no logró vencer en las primarias de julio. La exvicepresidenta debía acudir a la reunión que su nuevo jefe había convocado esta mañana en el Congreso con todos los diputados. Es habitual que los líderes de los partidos citen a sus parlamentarios a inicio de curso (y también durante el mismo) para hablar de estrategia y de la agenda de trabajo.

Santamaría ha optado por no acudir a la Cámara a las nueve, hora de la reunión, y habrá que esperar si lo hace a media mañana, cuando se celebrará el pleno del Congreso en el que se abordarán tres decretos ley del Gobierno. Su ausencia ha sido el principal chascarrillo entre los diputados, algunos de los cuales empiezan a comentar la posibilidad de que pueda dimitir y dejar el acta de parlamentaria.

A la exvicepresidenta le está costando digerir la derrota frente a Casado toda vez que partía como favorita en la segunda vuelta y contaba con el apoyo discreto de Mariano Rajoy. El presidente de los conservadores le ofreció en julio formar parte del comité ejecutivo, algo a lo que ella no se ha negado en público, pero tampoco ha aceptado. Varios de los colaboradores que le ayudaron en su campaña interna se han integrado en el nuevo PP. Es el caso de Fernando Martínez Maillo, que ahora es portavoz adjunto en el grupo parlamentario; Álvaro Nadal, que presidirá una comisión y está integrado en la ejecutiva del partido.