ñUff, si Ron Dennis viera esta mesa llena de papeles se enfadaría mucho", dice Christian Horner mientras enseña su despacho como director de Red Bull. La fama del director y copropietario de McLaren roza lo esquizofrénico, un auténtico loco de la pulcritud, del orden. Y esa, aunque suene a broma, es una de las razones por las que los pilotos de primer orden recelan de esa jugosa oferta de 30 millones de euros anuales con la que este inglés, de 65 años, anda recorriendo el paddock de Singapur para cumplir con el mandato de Honda, su motorista el próximo año, de fichar una estrella.

"No sé, no veo a Seb cortándose el pelo y la barbita porque se lo diga Ron", dice Horner en relación a la oferta ñmareante", que ha recibido su chico. Woking, el futurista centro de diseño y construcción de McLaren F-1, resulta una película de ciencia ficción para el visitante. El blanco impoluto de las instalaciones, donde ni siquiera huele a fibra de carbono, a gasolina, a nada, contrasta con el color negro de los uniformes de todos los trabajadores, todos silenciosos, con el mismo corte de pelo, con la misma figura.

"Me entrevisté con Ron 11 veces, ¡11!, para trabajar como mecánico en McLaren, y las 11 me dijo que no. ¿Por qué? Tu aspecto no es acorde con el equipo". Transcurría 1980 y Joan Villadelprat lucía melena. ñMe corté el pelo y comencé a trabajar al día siguiente". El catalán acabó de jefe de mecánicos. Y no, no ha cambiado. La semana pasada intentaron fichar a un mecánico de la competencia. ñEres bueno, y te queremos, pero tienes que cortarte el pelo y taparte el tatuaje porque no das la imagen". Y, al contrario que Viladelprat, la respuesta fue: ñY vosotros creéis que estáis dando buena imagen sin pasar ni siquiera a la Q-3 de cada GP?".

"Teníamos dos ingenieros muy buenos de Porsche con los que ganamos tres títulos de pilotos. Eran gorditos, y Ron no paró hasta que los echó", recuerda Villadelprat. Era en los 80, década en la que tras comenzar como mecánico de Jim Clark, Dennis ya era copropietario de McLaren, al lograr el patrocinio de Marlboro para sanear el equipo inglés. Con los primeros títulos se volvió más maniático, como si el éxito justificara sus paranoias.

Un día se asomó a la puerta de su jardín y vio que las piedras habían perdido su color. Contrató una grúa, las cargó en un camión, las mandó a lavar y las depositó de nuevo en su lugar. ñNo puedo ver nada sucio. Es una manía, si veo un cromado que no brilla me paro y lo limpio", dice quien mandó cambiar toda la instalación eléctrica cuando Woking estaba acabado porque no le gustaba que se vieran los enchufes.

Las anécdotas

Fernando Alonso sabe quién es Dennis. También él se cortó el pelo al fichar en el 2007, como Checo Pérez el año pasado. A Juan Pablo Montoya le envió, en el 2005, una báscula por mensajero a su casa en Madrid. Cuando el colombiano, un fan de las hamburguesas, desenvolvió el paquete, la lanzó por la ventana. "Es mejor quedarse en Ferrari con Mattiacci o con el que venga, que aguantar a Ron", dice Flavio Briatore sobre la oferta de McLaren a Alonso.

No, no parece que pueda convencerle, ni a él, ni a Vettel, ni mucho menos a Lewis Hamilton, feliz en Mercedes después de huir de McLaren. Ayer logró una nueva pole en el circuito de Singapur, por solo siete milésimas frente a su compañero Rosberg.