Juan Oiarzabal y Edurne Pasaban, que el lunes coronaron la cima del K-2 (8.611), regresaron ayer al campo base con evidentes signos de la dureza de la montaña de la muerte. El vitoriano, que acumula ya 21 ochomiles en su historia, sufre un edema pulmonar, mientras que la guipuzcoana, mujer viva que más cimas ha hollado, tiene severas congelaciones en los pies. Ambos fueron trasladados a primera hora de la tarde de ayer en helicóptero desde el campo base hasta la localidad de Skardu para continuar el desplazamiento hasta Islamabad, capital de Pakistán, y ser ingresados en el Shifa Hospital, hasta donde se trasladó Félix Maimir, médico de la aseguradora del programa ´Al filo de lo imposible´, para evaluar su estado.Maimir se encuentra en contacto permanente con Ricardo Arregui, irundarra afincado en Zaragoza, para decidir qué hacer con los dos montañeros, si continuar su ingreso en Islamabad o trasladarlos a la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ), para que el doctor Arregui, máximo responsable de la Unidad de Congelaciones, pueda tratar sus dolencias. Félix Maimir tomó un avión a las 14.30 horas de ayer y su llegada está prevista para las 6.00 de esta mañana. Su primer cometido será fotografiar los pies de Pasaban para que Arregui pueda comprobar su estado y, entre los dos, tomar una decisión. Oiarzabal, Pasaban, Vallejo y Zabalza lograron culminar con éxito la expedición al Chogori, primera del año que alcanzó su cima, después de un duro ascenso y un complicado descenso. Ayer, en cambio, lograron llegar a la cumbre 21 alpinistas por la vía de los Abruzzos.