Los montañeros vascos Edurne Pasaban y Juanito Oiarzabal pasarán hoy por el quirófano de la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ). El equipo de cirujanos de la clínica aragonesa intervendrá quirúrgicamente sus pies debido a las congelaciones que sufrieron, a finales de agosto, durante su expedición al K-2 (8.611 metros). Desde entonces, ambos han seguido un tratamiento de cura y limpieza para evitar infecciones.

Mientras Pasaban ha completado una recuperación en buenas condiciones --sólo será necesario retocarle los segundos dedos de cada pie, trabajo que llevará menos de una hora--, Oiarzabal saldrá peor parado, ya que perderá todos sus dedos. "Nuestra mayor preocupación es recuperar las plantas, sobre todo la del pie izquierdo, ya que el tercio medio está muy afectado", explica el doctor Ricardo Arregui, responsable del equipo médico que coordina las afecciones de los montañeros. "El objetivo es obtener la mayor funcionalidad posible en los pies", señala Ricardo Arregui, que esperará al término de la operación de hoy para descartar la posibilidad de efectuar otra en el futuro.

CICATRIZAR Así, Oiarzabal regresa a Zaragoza después de haber pasado varias semanas en su ciudad natal, Vitoria, donde ha continuado su tratamiento controlado por los doctores Gandía y Garmendia. Tras la intervención, el montañero vasco deberá someterse a nuevas sesiones de cura para que cicatricen todos los tejidos y los injertos, en caso de ser necesarios.

Después llegará el turno de la rehabilitación, ya que el alpinista vitoriano deberá aprender de nuevo a caminar con sus nuevos apoyos. "Es absolutamente normal que Juanito pregunte cuándo podrá volver a la montaña. En noviembre, como él pretendía, seguro que no", afirma tajantemente el doctor. "Otra cosa es lo que él quiera. Seguro que nos costará alguna discusión --bromea Arregui-- pero lo más probable es que tenga que esperar hasta el año que viene", indica. Por el contrario, Edurne Pasaban podrá regresar a la práctica del alpinismo en un espacio de tiempo más breve.