Resuelto el pase europeo y conocido el rival, el Fenerbahce turco, el Real Zaragoza regresa a la Liga en un encuentro extraño, sin posibilidad alguna de distraerse frente al Athletic, que también selló su pasaporte en la UEFA el pasado jueves con un resultado de época (1-7) en Lieja. El conjunto de Víctor Muñoz y el de Ernesto Valverde, separados por un solo punto en la clasificación, llevan vidas de cierto paralelismo que podrían entrelazarse aún más si ambos superan sus eliminatorias continentales, ya que coincidirían en octavos de final de la Copa de la UEFA. No son precisamente trayectos llanos, sino más bien caminos repletos de sinuosas curvas en el campeonato doméstico. Si alguno de los dos pierde esta tarde, saldrá mal parado de cara al futuro.

Después de seis jornadas consecutivas sin ganar, dos de ellas en casa, el Real Zaragoza se presenta a este partido tras haber empatado en Pamplona y en Brujas. Ni vence ni pierde, y sólo convence a medias. El conjunto aragonés está obligado a reaccionar en La Romareda, antiguo feudo inexpugnable (Mallorca y Espanyol rompieron su fama), para desprenderse de la racha negativa que le tiene anclado en una zona intermedia y amenazadora.

ENEMIGO IDEAL El Athletic, en un principio, aparece como el adversario ideal para comenzar la remontada, para soltar lastre psicológico. El conjunto bilbaíno es el segundo peor fuera de casa tras el Numancia. Los leones tan sólo han sumado un punto en sus desplazamientos, en Pamplona (1-1), y se protegen bajo el arco de San Mamés, donde sólo han claudicado frente al Deportivo.

Víctor Muñoz premiará al equipo que se clasificó en Brujas, y Valverde hará lo mismo con el acribilló al Lieja pero con una excepción obligada por la lesión de Del Horno, cuya plaza será ocupada por Casas. Los vascos jugarán también con el mismo esquema, es decir sin Urzaiz y con Etxeberria y Ezquerro como apuesta ofensiva, a quien se añadirá desde posiciones anárquicas el imprevisible y genial Yeste.

La paciencia será una de las claves para un Real Zaragoza que dio muestras de mejoría en Europa, pero que debe seguir ajustando su trabajo colectivo en defensa, el segundo peor junto al Mallorca con 22 goles encajados y superado por el colista, el accesible Numancia (25).

TESORO O MAZAZO Los tres puntos asoman por el partido como un precioso tesoro, y la derrota, como un mazazo. Es éste un encuentro realmente extraño, enmascarado tras una facilidad mentirosa. El conjunto de Víctor Muñoz tiene prohibido relajarse o arrugarse en busca de la victoria que tiene olvidada.