Partido extraño, gran victoria del Tecnyconta Zaragoza, que sigue soñando con la Copa aunque sea complicado llegar a las diez victorias. El duelo en sí duró un suspiro, lo que tardó el equipo aragonés en imponer su ritmo con un McCalebb enérgico y lo que le costó a Okoye calentar la muñeca. En cinco minutos el Tecnyconta ya ganaba por 15 puntos (18-3) y había finiquitado a un UCAM Murcia que salió sin ninguna intensidad y que ofreció poca resistencia a lo largo del partido. De ahí hasta el final el espectáculo lo puso Okoye con su acierto y la única incertidumbre estuvo en la diferencia, que se quedó en 20 (88-68).

No hubo mucha más historia en un encuentro que se quedó frío, a expensas de los fogonazos de Okoye con su tremendo acierto desde el 6,75, de la intimidación de Vázquez o Justiz y de las ocurrencias de Alocén, que ve cosas que están en su cabeza mucho antes que en las del resto de los mortales. Aunque de más a menos, también hay que destacar la actuación de McCalebb, que ayer sí mostró esa chispa, esa intensidad que parecía haber perdido. Se atrevió, participó más, se fue para adentro, y el equipo lo agradeció. También fueron importantes tanto el trabajo defensivo del equipo como la intensidad que mantuvo en todo momento, aun cuando su juego no fluía lo suficiente. No estuvo bien en el segundo cuarto ni brillante en el tercero, pero todo estuvo bajo control. Entre el buen trabajo del Tecnyconta y las facilidades de un UCAM Murcia irreconocible, no hubo sorpresa posible.

Así que con el triunfo en el bolsillo sin discusión, emergió la figura de Stan Okoye. El nigeriano ya fue clave en la victoria en Tenerife y se llevó el MVP dos jornadas atrás en el triunfo contra el Gran Canaria. Ayer fue de nuevo el hombre del partido, decisivo para su equipo, con 29 puntos fruto, sobre todo, de ocho triples que suponen igualar la mejor marca individual de un jugador del Tecnyconta que poseía en solitario Gecevicius (Rudez es el segundo con siete). Solo falló un lanzamiento desde el 6,75, anotando en todas las circunstancias y situaciones posibles, solo o con un defensor encima, con tiempo o con la bocina a punto de sonar. Al descanso suyos eran 20 de los 43 puntos que había anotado el Tecnyconta (43-27). Porfirio Fisac le hizo sentarse antes del final para que recibiera la ovación del público y gritos de «¡MVP, MVP!».

Cuando se calmó Okoye emergieron las figuras de Seibutis y de Alocén, que dieron algo de picante al último cuarto. Ese era el momento de pensar en mejorar el averaje, que será decisivo en caso de empates. El Tecnyconta llegó a los 30 puntos de ventaja (82-52), pero no pudo sostenerla y se quedó en los 20 puntos, que mejora sus números pero que le siguen dejando en negativo y lejos de los equipos que le preceden. La cuestión es que el equipo sigue haciendo granero poco a poco, ya suma ocho victorias (y tiene balance positivo a estas alturas, lo que no ocurría hace siglos) y mantiene vivo el sueño de la Copa, que no es poco.