La mejor puntuación en solo técnico de su vida (93,6534) le valió ayer a Ona Carbonell la medalla de plata en la especialidad, la primera de España en los Mundiales de Budapest, y estar cada vez más cerca de la representante rusa, Svetlana Kolesnichenko (95,2036), de la que le separaron 1,5 puntos. El podio lo completó la ucraniana Anna Voloshina (91,9992), que le dio la vuelta al preliminar, en el que la japonesa Yukiko Inui (91,7490) había sido mejor.

La luz de Carbonell, bronce hace dos años en Kazán, emergió sobre la piscina del Parque Urbano de Budapest en una mañana lluviosa: mejoró sus prestaciones del preliminar y firmó una portentosa actuación, enérgica, segura y con determinación. Enfundada en un bañador verde, que jugaba con formas de serpiente, interpretó Snake, una rutina diseñada por Esther Jaumá y Virginie Dedieu y en la que colaboró su excompañera Andrea Fuentes.

El mérito de Carbonell es el de la constancia. La de ayer fue su 20ª medalla en un Mundial, una trayectoria iniciada en el 2007 y que se alarga durante seis Mundiales. «Ha sido la mejor puntuación de mi vida en solo. Ya estaba muy satisfecha de ganar en impresión artística en el preliminar a la rusa, porque nunca lo había logrado», comentó Carbonell. La barcelonesa también participará en el solo libre, donde tiene firmes opciones de medalla, y en el dúo con Paula Ramírez.