La Guardia Civil ha iniciado una operación contra la reventa de entradas falsas para ver partidos del FC Barcelona, según fuentes consultadas por el PERIÓDICO. Agentes del instituto armado, actuando como policía judicial del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, están llevando a cabo media docena de registros en domicilios y locales de la capital catalana. No están previstas detenciones.

El origen de este caso se remonta al mes de mayo del 2018, cuando el club detectó más de mil abonos que habían sido falsificados en posesión de aficionados que pretendían acceder al estadio durante la visita del Real Madrid. La Comisión de Disciplina inició acciones internas para averiguar si los socios habían cedido voluntariamente sus datos a los falsificadores.

Paralelamente, la fiscalía, a raíz de las informaciones en prensa, inició una investigación, que ahora ha recaído en el juzgado número 1, que ha ordenado los registros policiales de este viernes. Las sospechas apuntan a que los socios habrían cedido sus carnets a grupos dedicados a la reventa de entradas y, durante esta cesión, las organizaciones habrían llevado a cabo copias de estos abonos que después vendieron para partidos de máximo interés, como el clásico del pasado mes de mayo. La operación policial de esta mañana ha coincidido -casualmente- en vísperas de otro duelo Barça-Madrid.

Los socios que podían ser sancionados por el club, presuntamente, accedieron a entregar sus carnets creyendo que tan solo lo estaban ‘revendiendo’ pero desconociendo que esa cesión temporal sería utilizada por los grupos para llevar a cabo falsificaciones de tarjetas tan elaboradas que pueden superar el sistema electrónico que regula la entrada al Camp Nou. Es decir, no solo entran los socios legítimos, también los que han ‘comprado’ carnets falsos a estas redes de falsificaciones con los mismos datos que los abonados legales.

Un comentario del último partido Barça-Inter de Milán, realizado por el periodista que participaba en directo de la transmisión, llamó la atención sobre este hecho: oficialmente había poco más de 80.000 asistentes en el Camp Nou. Sin embargo, subrayó, “no sé dónde están las otras 12.000 butacas que deberían estar vacías”.