El Valle de Ordesa es, junto al de Benasque, el lugar más visitado por los turistas en la época estival. Los bellos rincones del cañón excavado por el Arazas se inundan de senderistas. El aparcamiento de la pradera está lleno de coches y en el refugio de Góriz no hay plazas desde semanas antes. Hay que ir a lugares más inaccesibles para encontrar algo de soledad.

Una excursión muy recomendable es Ordesa desde el aire. El Parque Nacional cuenta con senderos aéreos desde los que se tiene una visión muy diferente del corazón del Pirineo calizo. Son las llamadas fajas, senderos aéreos entre dos paredones verticales. Son famosas las de Racún, Canarello, Las Flores, La Pardina, Pelay, La Tormosa... En dos jornadas tranquilas se puede realizar un recorrido circular por las alturas de las Fajas de las Flores y de Pelay con pernocta en Góriz.

El recorrido es bello y duro a la vez, y es necesario tener una cierta condición física. Es esencial llevar unas buenas botas, ropa de abrigo, una cámara de fotos y, sobre todo, aporte hídrico. Ordesa y todo el Pirineo está azotado por uno de los veranos más secos que se recuerdan. En las dos jornadas el caminante apenas encontrará agua, a excepción del inicio y final de la excursión en el Arazas y pequeños hilillos de agua en el Barranco de Carriata.

Primera etapa

El primer día se sube desde la pradera de Ordesa hasta Góriz por el Circo de Carriata y la espectacular Faja de las Flores. El desnivel es brutal, desde los 1.300 del inicio hasta los 2.450 metros de la Faja de las Flores. Se parte un kilómetro antes de llegar a la pradera, en la Casa de Oliván. El camino sube sin descanso por el bosque hasta llegar al Barranco de Carriata. Aquí se inicia la pradera y la roca. A nuestra izquierda vemos siempre altivo el Tozal del Mallo. La circo parece cada vez más inaccesible. Se salva el farallón por un pasamanos o por las Clavijas de Carriata. Una vez en el umbral, tenemos a nuestra izquierda la Faja de las Flores. A lo largo de una hora de camino viajamos entre las nubes por un estrecho sendero de tres metros de ancho.

Tras abandonar la faja, el camino se abre y podemos contemplar frente a nuestra vista la inconfundible figura de la Brecha del Roldán. Tenemos que atravesar el lapiaz por un duro camino señalado por mojones. Llegamos a una praderas, las Planas de Narziso y giramos a nuestra derecha hacia el Collado de Crabineros (2.498 metros) y Descargador. Desde aquí queda poco menos de una hora hasta el refugio de Góriz (2.195 metros).

El día siguiente es más cómodo. Será una bajada tendida. Tras el Circo de Soaso elegiremos el camino que sale a la izquierda por la Faja de Pelay en vez de andar por el fondo del valle. Tras dos horas llaneando, llegamos a la Proa de Calzilarruego (1.949 metros), donde hay un mirador desde que se tiene una espectacular visión de los Circos de Cotatuero y Carriata.

Nos queda la guinda del descenso en picado hasta el fondo del valle por la Senda de los Cazadores. Es una dura bajada de 650 metros en una larga hora de esfuerzo exigente. El camino repleto de zetas por el bosque es impresionante por su dureza. Fue marcado hace muchos años por los cazadores locales que acudían a los altos pastizales en busca de sarrios y bucardos para abatir. Llegamos después de dos días llenos de bellezas al inicio del recorrido. Solo nos queda dar buena cuenta de unos platos de judías y costillas en el restaurante de la pradera.