A punto de cumplir su centenario, qué mejor homenaje para el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que realizar uno de sus recorridos más clásicos. Pocos paisajes tan espectaculares podemos gozar como la excursión circular que comienza y termina en la localidad de Torla y visita el fondo del valle por el camino de las cascadas hasta el refugio de Góriz y regresa por un recorrido aéreo por la Sierra de las Cutas a más de 2.000 metros de altura. Pocos balcones hay tan magníficos en el Pirineo. Por las faldas de la Sierra Custodia (2.409 metros), el Pueyo de Mondicieto (2.348 metros) y la Punta Acuta (2.242 metros), transita una pista-senda por debajo de la cual solo hay un vacío de casi mil metros hasta el fondo del valle.

Hay unas balconadas a lo largo del paseo de más de tres horas desde las cuales se puede contemplar el macizo calcáreo más alto de Europa. El excursionista tiene la impresión de poder tocar el Monte Perdido, el Soum de Ramón, el Cilindro y más al oeste Tobacor, el Casco, Marboré, la Brecha de Roldán, cumbres que están por encima del Circo de Cotatuero que se abre sin rubor al senderista. Más a la izquierda el Tozal del Mayo, los Gabietos y la Punta Escuzana por encima de las paredes rojizas del Gallinero, la Punta del Gallinero, el Libro Abierto y el Circo de Carriata. Y al oeste la Tendeñera. Más no se puede pedir en este espectáculo de la naturaleza.

El recorrido se puede realizar en dos días y es una excursión en la que es imprescindible tener una condición física mínina. El desnivel de subida desde Torla hasta el refugio de Góriz, que es donde se pernocta, es de 1.200 metros en el primer día. En la segunda jornada se llanea y se baja en la última parte de la excursión. Dos recomendaciones. Es imprescindible llevar la cámara de fotos para captar paisajes inolvidables. Por otro lado, es necesario llevar agua para la segunda etapa de la excursión puesto que no hay una fuente en todo el trayecto.

Durante el mes de julio el valle de Ordesa está lleno de visitantes, por lo que el ascenso hasta el refugio de Góriz estará muy frecuentado por cientos de turistas. Sin embargo, el paseo aéreo del día siguiente será casi en soledad y será inolvidable.

La primera jornada se llega a la pradera de Ordesa desde el camino de Turieto Bajo, tan desconocido como bello. Es un itinerario plano entre pinos y hayas y con el Arazas a la izquierda del senderista. Aquí se encuentran las cascadas del Arco Iris y Tomborrotera. Tras llegar al monumento a Lucien Briet, cantor de las bellezas de Ordesa en el siglo XIX, queda poco trecho para alcanzar la pradera de Ordesa. Se toma el camino de Soaso, mientras a la izquierda se dirige hacia el Circo de Cotatuero. El atractivo del sendero es la multitud de cascadas de las que se puede gozar. Son las de Arripas y el Estrecho por el Bosque de las Hayas, que es famoso por su sinfonía multicolor en el otoño. Cuando se abre el cañón llegamos a las Gradas de Soaso, una serie de escalones por los que baja el Arazas. Tras superar este hito llegamos a una pradera inmensa al final de la que se encuentra la cascada Cola de Caballo. Estamos en el Circo de Soaso. Desde aquí hasta el refugio de Góriz queda algo menos de una hora de camino por las clavijas de Soaso.

Tras pernoctar en el refugio de Góriz, el día siguiente llega lo mejor para el senderista. La Sierra de las Cutas se levanta al sur de Ordesa, siguiendo la misma dirección que el transcurrir del Arazas. Una pista trazada a lo largo de 28 kilómetros por sus alomados relieves la recorre longitudinalmente desde Nerín hasta Torla. Desde Góriz dejamos a nuestra izquierda el camino G.R.-11 al collado de Góriz que lleva al Cañón de Añisclo y, sin perder ni ganar altura, el sendero se dirige a Cuello Gordo (2.185 metros). Desde aquí bordeamos a media ladera la cara norte del Pueyo de Mondicieto. Aquí está el primer mirador denominado de Ziarrazils. Nos irán apareciendo miradores de piedra que se asoman al abismo.

La Punta Acuta

Al sur de la pista se divisan la Peña Montañesa, los Sestrales y más a lo lejos el Tozal de Guara, la Hoya de Huesca y, en días despejados, el pantano del Mediano. Tras atravesar un curioso terreno calizo de lapiaces, llegamos a la altura de la Punta Acuta. Desde aquí desciende un vertiginoso camino hasta la pradera de Ordesa por la Senda de los Cazadores. Nosotros cogemos el camino hacia el sur hacia Torla. El sendero baja por un bosque de pino negro hasta los dos últimos miradores, los del Rey y El Molar. A partir de aquí nos quedan tres horas de camino. Se va perdiendo altura y aparecen mezclados pinos negros con silvestres, sauces... Después se transita por una soleada ladera de orientación sur, cubierta por erizones. Se abandona la pista y se llega en la recta final de la excursión a la ermita de Santa Elena. Solo nos queda una hora larga de un descenso en picado hasta el Puente de la Glera que lleva a Torla después de dos jornadas para el recuerdo.