Cinco de los futbolistas que el pasado sábado acabaron el partido sobre el césped de La Romareda no solo son zaragozanos sino que nacieron al fútbol en la Ciudad Deportiva. La cantera, muchos años después, tiene gran peso en el Zaragoza. La afición ha encontrado en el equipo puntos de referencia cercanos, gente de casa que siente de la misma manera el club, que se comporta con la nobleza y humildad correspondientes. Más allá, se da valor al futbolista aragonés. Por ejemplo, Julián Delmás: «Se ve que el Real Zaragoza tiene una buena cantera. Me siento orgulloso de que estemos en el primer equipo cuatro jugadores que el año pasado estábamos en Tercera. Ojalá estemos aquí muchos años dándolo todo por el Real Zaragoza».

El salto desde Tercera División no ha sido enorme, como tantas veces se ha pensado. Delmás, Lasure, Pombo o Guti han funcionado a un nivel muy alto durante toda la temporada, superiores desde luego a tantos jugadores que han pasado por el club aragonés en las últimas temporadas. La gente así lo siente, ellos disfrutan sobre el césped lo que antes vivieron en la grada. «No lo había vivido como futbolista, pero es impresionante salir a La Romareda, ver el mosaico, escuchar el himno a capella… Es una motivación extra, algo que nos ayuda muchísimo. Ese apoyo de la afición te hacer dar aún más cuando no puedes. Hay que darles las gracias».

Queda la búsqueda del premio que remataría un momento histórico para los cinco aragoneses de la plantilla, Zapater incluido. Se hacen cuentas, pero no se define todavía el puesto. «Vamos a pelear hasta el final y luego veremos en qué posición acabamos. No miramos una plaza en concreto, queremos ganar todos los partidos», dice Delmás, quien advierte además de que no hay rivales preferidos: «No nos preocupa quién entre en los playoffs ni lo pensamos. Se meta el que se meta, se va a meter por méritos propios y va a ser un gran rival. Al final, nos da igual quién esté mientras estemos nosotros».

Delmás se ganó el sábado un puesto por justicia, aunque en los últimos meses Natxo González ha preferido a Alberto Benito. De hecho, había pasado 17 jornadas sin jugar de inicio después de haber sido titular en 14 encuentros de la primera vuelta. Su regreso fue una sorpresa. Su rendimiento, espléndido. Dice que no bajó las brazos, que se mantuvo en guardia a la espera de que regresara una oportunidad. «A nivel personal estoy muy contento por volver a entrar con el equipo, pero sobre todo por la victoria. Siempre he tenido las mismas ganas de trabajar, la ilusión no la perdí. Esperaba que un día el míster volviera a contar conmigo y así fue».

Se encontró, además, un tremendo rival enfrente. Jony es uno de los mejores jugadores de banda de la categoría y le exigió hasta el final. «El Sporting venía con una buena dinámica y sabíamos que iba a ser complicado, pero yo tenía confianza en mí mismo. Traté de hacerlo lo mejor posible y salí contento del partido. Tantos meses sin jugar se notan y al final sufrí porque se nota el ritmo, pero repito que acabé muy contento».

Queda el final de la temporada para certificar la candidatura al ascenso. «La victoria del otro día fue muy importante porque nos asentamos en el playoff, pero quedan cuatro partidos que son cuatro finales que hay que ganar. El lunes tenemos un rival directo, pero nosotros tenemos que ir allí a ganar. Una victoria en Cádiz sería importantísima porque nos afianzaríamos en el playoff. En cualquier caso, hay que llevarlo tranquilamente. Son cuatro partidos que hay que ganar, sobre todo los de casa».