En público, ni Juan Ignacio Martínez ni los futbolistas ni tampoco los dirigentes exponen el objetivo que conquistar para sellar la salvación y como mucho siempre se habla de esos 50 puntos donde se establece año a año la permanencia a efectos numéricos, aunque normalmente el listón se sitúe más bajo a la hora de la verdad. Pero en privado se hacen cuentas, en los despachos y en el vestuario, y se mira a los 48 puntos como la cifra que debería ser suficiente para consumar la salvación, una meta que ahora el Zaragoza tiene a siete cuando restan ese mismo número de jornadas. Es decir, el equipo blanquillo tendría que lograr un tercio de los puntos que restan.

Los triunfos este sábado del Castellón ante el Mallorca y del Alcorcón contra el Lugo subieron el listón un punto más, a los 36 que tiene el cuadro gallego, en caída libre con cinco derrotas seguidas y al que el Zaragoza, que este sábado ha perdido un puesto en la tabla tras el triunfo del Oviedo en casa del Sporting, siguiente rival zaragocista, tiene que visitar en el Anxo Carro el 30 de abril, viernes, para variar. Aún puede subirse este domingo ese listón algo más si el Cartagena doblega al Tenerife y confirma una jornada nefasta para los de JIM, un triunfo que colocaría la línea en los 38 puntos a falta de siete jornadas y el Zaragoza vería el peligro a solo tres cuando ahora lo tiene a cinco y antes de caer en Gerona lo divisaba a seis.

Pero, a la espera de lo haga el 'Efesé', ese listón está en los 36 puntos y, aunque en la recta final todos los equipos aprietan los puños y aumentan el ritmo y en la lucha por eludir hay hasta ocho escuadras, las matemáticas hablan de que la previsión zaragocista en esos 48 sería buena. Faltan duelos directos, al Zaragoza dos en concreto, en Lugo (jornada 37) y recibir al Castellón (40), pero hay algunos más: Logroñés-Cartagena (36), Albacete-Alcorcón y Castellón-Logroñés (37), Oviedo-Sabadell y Cartagena-Castellón (38), Albacete-Lugo y Alcorcón-Sabadell (40) y Lugo-Cartagena (41).

Al Zaragoza, al margen de jugar contra el Lugo y el Castellón, le resta por recibir, en una Romareda que es casi un fortín, este viernes al Sporting y después al Espanyol y cerrar la Liga en casa ante el Leganés, mientras que debe jugar fuera, donde tan flojo se está mostrando a lo largo de todo el curso, además de en el Anxo Carro lucense, en el feudo de Las Palmas y en Mallorca, donde tendrá la última salida del curso.