Para colgarse tres oros al cuello en menos de tres meses hay que tener algo especial. Para Eduardo Menacho, que lo ha conseguido en este 2021 en las disciplinas de 10.000, cross y 3.000 de categoría sub-23, las claves han sido tres. Una de ellas es que él y su entorno han puesto en marcha «un proyecto muy chulo en cuanto a entrenamiento».

«Hemos conseguido crear un equipo de trabajo en el que incluyo biomecánico, quiropráctico, fisioterapeuta y más gente que está llegando para ayudarme», explica el atleta, que asegura que estas personas «se van sumando» y le garantizan «marcar la diferencia».

Es decir, detrás de las medallas, el chico que cumple su último año de sub-23 no está solo. Otro de los factores que le han llevado a ser campeón de España en tres carreras diferentes ha sido la dedicación. «A veces decimos ‘no puedo dedicarle más horas al atletismo’, pero he encontrado la manera rebajando mis horas de universidad», confiesa el joven, que le ha coincidido en un buen año para poder dejar sus estudios en un segundo plano. «Es el mejor invierno de mi vida, estoy seguro», indica en este sentido y apunta que esto es posible precisamente porque es en el que más está entrenando. Le dedica «prácticamente el 100% del tiempo al atletismo». Y la última clave: «Estoy en un momento mental súper bueno, compito a mi 100% prácticamente todos los días», asevera convencido el del Alcampo Scorpio. Y apostilla que ha «encontrado el punto mental» para llegar a esa competitividad en casi cualquier momento. Lo está demostrando con sus resultados.

Esta falta de motivación o de fortaleza mental es algo que le ha fallado años atrás. «Yo empecé a destacar de muy joven, pero luego he tenido años bastante irregulares, sobre todo porque había competiciones en las que la cabeza no funcionaba», recuerda y añade que ahora ha «vuelto a encontrar ese camino para estar al cien por cien».

Se ha dado cuenta de la importancia que merece «la motivación y el hecho de saber sufrir en ciertos momentos de la carrera que son complicados». «Muchas veces dices ‘bua qué mal voy’, y resulta que tus rivales van igual de mal», explica Menacho e insiste en que lo esencia es «saber aguantar el tipo hasta el final». Todo ello «depende de la cabeza».

No hace falta remontarse muy atrás para llegar a un momento en el que esto ha sido fundamental para él: «Este sábado el 10.000 fue una carrera súper sufrida para mí, en el kilómetro siete tuve un dolor en el gemelo que arrastré hasta el final de la carrera», relata. «Tres kilómetros con dolor en el gemelo es bastante complicado y más viendo que el crono se me estaba yendo», confiesa y añade que «al final la última vuelta fue muy buena» pero que hasta esta el atleta pensó que se le había ido la mínima.

Al final la logró. Su principal objetivo del invierno era conseguir el billete para el Campeonato de Europa en los 10.000. «La mínima era lo que buscaba, aunque se suponía que con ella estaría entre las medallas», afirma y comenta que, como si fuera por casualidad, «ha salido que también he sido campeón de España». Lo que no esperaba fueron los dos oros anteriores.

«Corrí la pista cubierta sin prepararla, llegué allí y en el momento de la carrera estaba muy motivado, muy competitivo y conseguí ganar», apunta sobre el oro en los 3.000 y añade que el cross sí que lo entrenó «un poco más porque es compatible con el 10.000». Aunque no se centró en estas pruebas en los entrenamientos, asegura que «cuando estás apuntando muy alto coges buen nivel de forma». Ahora su objetivo es seguir entrenando, pues en el Europeo de Noruega quiere correr también los 5.000 y, para ello, todavía tiene que conseguir otra mínima.