Naomi Osaka dará mucho que hablar. Ya empezó a hacerlo el pasado mes de septiembre, cuando se hizo con su primer título en un grande en el Abierto de Estados Unidos. Y mañana puede conseguir su segundo grande consecutivo en la final que le medirá con la checa Petra Kvitova (mañana, 9.30), una superviviente que hace dos años resultó apuñalada, en un asalto a su domicilio, en la mano izquierda, lesión que la mantuvo apartada seis meses del tenis.

Para Kvitova (6ª favorita), que en semifinales acabó por 7-6 (7-2) y 6-0 con la bonita aventura de Danielle Collins (35ª, EEUU), llegada tarde al circuito por haber priorizado los estudios, será la oportunidad de ganar a sus 28 años su tercer grande, tras los títulos en Wimbledon del 2011 y 2014, antes del ataque. Osaka (4ª), de 21 años, derrotó a la verdugo de Serena Williams, la checa Karolina Pliskova, por 6-2, 4-6 y 6-4, para intentar repetir su éxito de Nueva York, donde se convirtió en la primera japonesa coronada en un torneo del Grand Slam.

PIEL BLANQUEADA

Osaka, de madre japonesa y padre haitiano, fue protagonista además de un incidente con tintes racistas en las últimas horas sobre el que aún no se ha pronunciado. La compañía de fideos instantáneos Nissin Foods, patrocinadora de la tenista, eliminó unos anuncios de animación publicados en YouTube después de que la caracterización de la jugadora causara polémica por supuesto racismo.

Nissin Foods lanzó dos vídeos de estética anime para promocionar sus fideos con la imagen de Osaka y del tenista también japonés Kei Nishikori, pero optó por retirarlos tras una petición de la agencia de Estados Unidos que representa a Osaka ante la controversia causada por el hecho de que la deportista apareciera con la piel «blanqueada». La caracterización de Osaka recibió numerosas críticas de internautas por no reflejar el mestizaje de la tenista, y plasmarla en cambio como un personaje prototípico de un país en el que predomina la homogeneidad cultural y racial.