La Rod Laver Arena tampoco será el escenario en el que Serena Williams pueda levantar el 24 Grand Slam de su palmarés. La tenista japonesa Naomi Osaka ha vuelto a romper las ilusiones de la exnúmero 1 mundial al derrotarla en las semifinales del Abierto de Australia por 6-3 y 6-4, el mismo resultado que la actual número 3 mundial apuntó en la final del Abierto de Estados Unidos de 2018 donde le arrebató el sueño por primera vez a la veterana tenista estadounidense, de 39 años.

Osaka jugará su cuarta final de Grand Slam en Melbourne el sábado ante la estadounidense Jennifer Brady (24 mundial) que ha derrotado en la otra semifinal a la checa Karolina Muchova (6-4, 3-6, 6-4) para acceder a su primera final de un Grand Slam, a los 25 años.

Osaka ha dominado a Serena Williams con un tenis muy agresivo y potente tras 1 hora y 16 minutos de partido, ante los 7.000 espectadores que han podido volver a las gradas de Melbourne Park, tras la prohibición de hacerlo por el confinamiento de cinco días decretado por un rebrote de coronavirus en el estado de Victoria.

Lágrimas de Serena

La tenista japonesa, de 23 años, ha controlado a una Serena Williams excesivamente nerviosa que ha cometido muchos errores, se ha precipitado en el juego y no ha tenido su mejor día con el saque (46% de primeros servicios) y solo ha conseguido 12 golpes ganadores contra 24 de su rival.

La exnúmero 1 mundial es consciente de que cada día que pasa se complica más su esperanza de volver a ganar un Grand Slam después de haber conquistado el último en 2017, precisamente en Melbourne. Serena Williams no ha podido ocultar sus lágrimas en la rueda de prensa de la que se ha marchado sin terminar. "Ya he acabado por hoy", ha dicho emocionada, después de analizar su derrota. No diría que estaba nerviosa, simplemente estaba muy errática. He cometido muchísimos fallos con la derecha, dijo en una de las pocas preguntas que pudo responder.