Freire lo hace todo a lo grande. Doble campeón del mundo (1999 y 2001), su primer triunfo en la prestigiosa Milán-San Remo, la gran clásica de primavera, llegó rodeado del suspense de las mejores ocasiones. El ciclista cántabro del Rabobank se impuso en un cerradísimo esprint al alemán Erik Zabel, que precisó de una fotofinis para decidir la 95 edición de la carrera, después de 294 kilómetros y más de siete horas sobre la bicicleta.

Freire es un tipo listo, tremendamente listo, y sabe buscarse la vida como nadie en las llegadas. Así lo hizo ayer en San Remo, donde aprovechó un descuido de Zabel, impropio de un hombre tan experto como el alemán, para colarse por su derecha cuando el corredor del T-Mobile, de 33 años, ya levantaba los brazos para celebrar su quinta victoria en la carrera. Demasiado pronto.

"Si Zabel no levanta los brazos, no sé si hubiera ganado. Es mi mejor triunfo, comparable al campeonato del mundo de 1999. Llevaba mucho tiempo detrás de esta carrera", explicó el corredor cántabro de 27 años. Zabel no se lo creía. "Ha sido un error estúpido. Creía que había ganado después de pasar a Petacchi. No he visto a Freire".

LARGA ESCAPADA El cántabro se impuso en el terreno más difícil, en un esprint con los mejores especialistas (a excepción del descolgado Cipollini) que cerró una prueba marcada por una larga escapada de cinco hombres (entre ellos el mallorquín Toni Tauler). El belga Dierckxsens fue quien más porfió y no fue cazado hasta el inicio de la Cipressa, una subida a 27 kilómetros de la meta. A partir de ese momento, entraron en juego los principales protagonistas.

Bettini, uno de los grandes favoritos, intentó repetir su maniobra exitosa del pasado año en el Poggio, una subida dura y corta, cuando saltó con el aragonés Vicioso. El pelotón reaccionó a tiempo de frenar la maniobra del reciente ganador de la Tirreno-Adriático. El esprint era inevitable y el Fassa Bartolo ponía todas sus energías para preparar la llegada de Petacchi, quien no pudo con Zabel, quien se creyó vencedor. Lo fue Freire, el más listo.