--Después de un comienzo decepcionante de temporada, con dos victorias y cuatro derrotas, ¿cuál es el estado de ánimo por el que atraviesa Oscar Quintana?

--Estoy tranquilo por dos motivos. Porque hay mimbres para hacer las cosas bien y porque estoy convencido de que las vamos a hacer así. Pero esto no quiere decir que sea un inconsciente y que no esté preocupado porque no estamos jugando a nuestro nivel.

--¿Por qué juega mal el CAI?

--Ahora mismo tenemos un problema mental. No somos conscientes aún de la responsabilidad que tiene estar en el equipo en el que estamos, aún pensamos que vamos a ganar sólo por ser el CAI y, cuando nos queremos dar cuenta, el susto que nos hemos llevado es ya muy gordo. No estamos sabiendo competir en los partidos, el equipo no juega como equipo, el egoísmo se apresa de todos y pensamos más en uno mismo que en el grupo. Y esta Liga es muy difícil, todos juegan contra nosotros como si fuera la final de la Copa de Europa. Sólo hemos estado bien en casa contra el Gijón y en Fuenlabrada.

--¿Y cuál es la terapia que hay que aplicar para corregir ese problema?

--Seguir insistiendo en ello y convencer a los jugadores.

--¿Cree que todo se circunscribe a un problema de tipo mental?

--El equipo ha jugado bien en tramos determinados de los partidos. Y, luego, ha desaparecido durante 20 minutos o 25 o 15. Eso no es por una cuestión táctica, ni física, es un problema mental, de concentración y concienciación.

--En su presentación, usted habló de un equipo sólido en defensa y, hasta ahora, el CAI está haciendo agua en la destrucción. ¿Por qué?

--Falta respeto por el contrario. Estamos confundiendo la intensidad en defensa, defender bien, con robar el balón. Cometemos errores por querer que el rival no anote sin tirar y, eso, en una Liga profesional como ésta, es casi imposible. Aquí todos saben botar el balón y pasarlo. Por esa precipitación nos descolocamos.

--El CAI tiene un grave problema en el rebote, un apartado donde sufre cada jornada. ¿Es suficiente el juego interior que posee para aspirar al ascenso a la Liga ACB?

--Esto es la LEB. Para ganar partidos es suficiente. Claro que lo es. Pero es cierto que necesitamos un jugador más, que sea duro en defensa y nos apuntale. Ese jugador nos ayudaría a ganar en intensidad en los entrenamientos y en los partidos.

--¿Achaca el bajo nivel de John Brown, Antonio Reynolds y Asier García a la falta de competitividad?

--De los tres, el que más se está resguardando en estos momentos es John Brown. El dice que es porque no hay otro cinco en la plantilla. Es cierto, pero en esta Liga casi no hay cincos . Habrá que exigirle más. Asier García está siendo muy intenso, está trabajando bien las líneas de pase y, por eso, está haciendo faltas. Y con Reynolds no creo que esté pasando lo que con Brown.

--Tras desechar a Roy Kruiswijk cuando el acuerdo estaba ultimado, ¿sigue considerando urgente incorporar a un cuarto pívot?

--Vendrá cuando esté. Puede ser mañana, en diez días o en dos meses. Pero se tiene que adecuar a lo que buscamos.

--El CAI ha jugado tres partidos sin Galilea y ha perdido dos. ¿Tan importante es su presencia?

--Nos da más alternativas, es un jugador con buena mano desde la línea de 6.25. Ha vuelto ya con nosotros y nos va a ayudar.

--¿Le ha decepcionado Diego Ciorciari en esta gira de tres encuentros?

--El que me ha decepcionado es el equipo, el entrenador y los jugadores. No se trata de personalizar en nadie, sería muy jeta hacerlo.

--Al principio de Liga, usted dijo que el CAI llegaba al 50% de sus posibilidades. ¿Ahora como está?

--Estamos estancados. No avanzamos. Los resultados nos dicen que hemos perdido cuatro partidos y que no estamos bien. Pero nuestra obligación es tratar de cambiar esto y estoy seguro de que lo vamos a hacer. Somos optimistas, vitalistas y, desde el viernes, contra el Melilla vamos a jugar bien y a ganar, que es nuestra obligación. Hay que convencer a nuestra gente, que tanto nos apoya, para que crean en nosotros.