Los cimientos del Real Zaragoza continúan asentándose sobre las temblorosas tierras de la Segunda División. Un terreno impredecible, donde crecer partiendo de cero es complicado, y más cuando los resultados no acompañan. Pese a estar aún en los prolegómenos del curso liguero, ya hay proyectos que han sufrido el azote de una categoría que no entiende de justicia, solo obedece a marcadores favorables. Esa peligrosa inercia parece pasar de largo frente a los intereses del club blanquillo que, pese a estar descenso, cree con firmeza que la imagen mostrada no se corresponde con la realidad de la clasificación.

Las voces de mayor autoridad coinciden en el mensaje de serenidad y confianza que reina dentro del vestuario zaragocista. Natxo González y Alberto Zapater transmitieron la convicción que tiene todo el bloque por sumar resultados positivos, algo que también se encargó de ratificar Mikel González: «Jugando así no se te pueden escapar muchos puntos», explicó el jugador.

El defensa de Mondragón es un baluarte curtido en los campos embarrados del fútbol vasco. Su amplia experiencia en el balompié avala una trayectoria en la que ha vivido multitud de contextos. Ha peleado bajo la clásica lluvia de Ipurua y ha disfrutado del encanto de Old Trafford con la Real Sociedad en Europa, es un jugador con mucho fútbol a sus espaldas y que entiende de dinámicas. «No hemos tenido el inicio que hubiéramos querido, pero tenemos que seguir por esta línea, los ingredientes que tenemos son buenos. La competición acaba de comenzar y todavía quedan muchos puntos en juego», aseveró el jugador del Real Zaragoza.

El encuentro disputado en el Anxo Carro fue el clásico partido a cara o cruz, el reflejo de una categoría donde impera una rigurosa igualdad y los resultados se decantan por pequeños detalles. Para el jugador vasco, «el otro día pagamos el peaje de perder al final del partido. Los inicios son importantes, yo he vivido todo tipo de comienzos y ahora toca trabajar para ver reflejado el trabajo en la tabla, que es lo más enriquecedor para tener confianza».

La contrastada experiencia de Mikel González refuerza la confianza sobre el mensaje de tranquilidad respecto a la situación del Real Zaragoza en la tabla. «El grupo tiene muchos aspectos positivos. El equipo no ha estado mal en los partidos, salvo el día del Alcorcón, donde nos faltó fluidez. Hemos rendido a un buen nivel y hemos merecido más. Lo que está claro es que tenemos una muy buena base con muchas ganas, con hambre por hacer las cosas bien», aseveró el central blanquillo.

Se presume que Mikel González ocupará un papel de gran relevancia en el eje la zaga. Sus excelentes condiciones como defensor y alta capacidad de liderazgo encajan a la perfección en una demarcación necesitada de un referente que aporte poso y seguridad. Para el ex de la Real Sociedad, todos los centrales de la plantilla «debemos de aportar al equipo, tanto el que lleva un día como el que ha estado en la plantilla durante diez años. Aunque se supone que el que tiene más veteranía está dotado de más mecanismos y experiencias para afrontar todo tipo de circunstancias». Con la baja de Gripo, todo indica que el defensor vasco acompañará a Verdasca en la retaguardia, formando así un tándem donde se combina juventud y veteranía: «Quiero aprender de mis compañeros y si alguien puede aprender de mí aún mejor».