Como Matuzalem, como Cristian Lobato, como el despido de Zuculini, como tantas otras operaciones raras desde que Agapito Iglesias se hizo cargo del club, el fichaje de Diego Estrada, que llegó al club procedente del Alajuelense de Costa Rica en febrero del 2011 ha terminado con otra amenaza económica para la viabilidad del club. Como el Zaragoza se negó a pagar los derechos de formación (580.000 euros) por el mediapunta, al que se quiso situar como el heredero de Ander Herrera, cuya salida al Athletic era un hecho ya consumado, el equipo costarricense denunció el asunto ante la FIFA, cuyo dictamen fue oficial ayer. La resolución del Comité de Disputas establece el pago de 486.000 euros, a lo que hay que sumar 20.000 euros de las costas del proceso legal, por un futbolista que solo jugó 12 partidos en el filial antes de irse en enero del 2012 y que ni llegó a debutar en el primer equipo. No cabe duda. Es otro Agapufo más del soriano.

Desde el Zaragoza se reconoció que la FIFA había comunicado su decisión en los últimos días --decidió el 15 de mayo en concreto-- y se aseguró que estaba en estudio apelarla por parte de los abogados del club. Todo apunta a que habrá esa apelación, pero en las sentencias del máximo organismo internacional no suele haber marcha atrás y el último recurso es acudir al TAS, aunque con los derechos de formación de un jugador es extremadamente difícil que se obtenga una decisión a su favor. Con todo, el Zaragoza entiende que ese pago estaría incluido dentro del concurso de acreedores, que se declaró en junio del 2011, por lo que sería el 50% (40% fijo y el resto en función de traspasos) a pagar en 8 años. Al estar en Segunda ese convenio está ahora suspendido hasta el 2016 o si se asciende antes.

FICHAJE PERSONAL Diego Estrada, un jugador habilidoso para jugar por detrás del punta, llegó al club con Antonio Prieto como director deportivo y con Javier Aguirre como entrenador del primer equipo, pero lo cierto es que las negociaciones para ese fichaje las realizó directamente Agapito Iglesias, que a los dos meses de la llegada del jugador, que había destacado en el Mundial juvenil del 2009, ya quiso rescindir el contrato por considerar que el representante del futbolista no le avisó al formalizar el correspondiente acuerdo de que para ficharlo debía pagar obligatoriamente sus derechos de formación a pesar de encontrarse en libertad por haber finalizado el compromiso con su anterior club. El soriano no intentó tampoco negociar la rebaja de esa cantidad con el Alajuelense.

La intención inicial de Agapito era que Diego Estrada jugara esa temporada 10-11 con el Zaragoza B, en Tercera, y que en verano hiciera la pretemporada con el primer equipo para tratar de convencer a los técnicos de que estaba capacitado para quedarse en la primera plantilla. El caso es que esa temporada no pudo jugar y solo se entrenó con el filial. Aunque en un principio se habló de problemas con su visado y de su condición de extranjero para justificar que no jugara, la denuncia del Alajuelense por esos derechos de formación aclaró del todo el panorama.

Mientras la FIFA estudiaba el asunto el jugador sí llegó a poder alinearse con el Zaragoza B en la temporada 11-12, en concreto durante 12 partidos, con dos goles, en el equipo que entonces entrenaba Juan Eduardo Esnáider en Segunda B. La situación del jugador ya no se prolongó más allá del 5 de enero del 2012, sin haber cumplido un año de su llegada al Zaragoza.

MENOS DE UN AÑO El Juan Aurich peruano lo quiso fichar a principios de enero del 2012, pero fue el Comunicaciones de Guatemala el que se hizo con sus servicios. Allí se proclamó campeón del Apertura 2012 y anotó 19 goles en un año. A finales de ese mismo año, se hizo oficial el fichaje del juvenil con el Deportivo Saprissa de Costa Rica por un período de dos temporadas. Además, ha sido internacional absoluto costarricense en varias ocasiones.