El Madrid, dicen, acaba de fichar al heredero de Leo Messi. Es japonés y se llama Takefusa Kubo. Sabemos que hay y ha habido (y más que habrán) un montón de nuevos Messis, pero ahí sigue el gran Leo en la cima del mundo, mientras comensales como Neymar Jr. se caen de la mesa.

Con Marc Márquez parece que está ocurriendo algo muy parecido. Lo mismo que sucedió con el ya mítico Valentino Rossi, que, después de nueve títulos y 115 victorias, lleva 31 grandes premios sin ganar y nueve años persiguiendo su décimo título. ¿Por qué? Porque el Doctor sí ha encontrado su heredero. Hace años, desde el flamante, prodigioso o precoz 2013, que el trono de Rossi lo ocupa el vecino de Cervera.

Y, sí, desde hace 10 años, el paddock anuncia la llegada del anti-Márquez. El último es un gracioso francés llamado Fabio Quartararo (Niza, 1999), en su momento apadrinado por el mánager de Márquez, Emilio Alzamora, que se iba a comer el mundo a mordiscos y a gastar el asfalto con sus rodillas y culo como si fuese una excavadora, pero desperdició un montón de oportunidades tras proclamarse dos veces campeón de España.

El Diablo, como le gusta que le llamen y cuyo apodo lleva grabado en el culo (de su mono), logró ayer, en Montmeló, el mejor crono en el primer día de entrenamientos del GP de Catalunya y aspira hoy a la pole (segunda, pues, en Jerez, ya le arrebató el récord de poleman más joven de la historia a Márquez). Bueno, en realidad aspira a más: quiere quitarle mañana el récord de ganador más joven de un GP al heptacampeón catalán.

Es su última oportunidad para semejante gesta: Márquez ganó su primer GP, en EEUU, a los 20 años 2 meses 2 días y Fabio mañana tendrá 20 años 1 mes 25 días. «No me extrañaría que lo consiguiese», dijo ayer Márquez,

Y, además, el Diablo, que se ha convertido en el gran rookie del Mundial, está corriendo de milagro, pues el doctor Xavier Mir le operó (con éxito) del síndrome compartimental que sufría en su brazo derecho y tanto hoy como mañana tendrá que medicarse para no sufrir dolor. Difícil ganar, sí.