El fútbol aragonés sigue mirando hacia adelante a pesar de que la mayoría de los jugadores y jugadoras de la comunidad autónoma todavía no han empezado a competir esta temporada. De las más de 41.000 licencias que figuran en la Federación Aragonesa de Fútbol (FAF), solo están en marcha poco más de 1.000, entre fútbol y fútbol sala, correspondientes a las categorías de Segunda División B, Tercera División, Primera Nacional femenina, División de Honor juvenil y Liga Nacional juvenil.

Es decir, tan solo un 2,65% de los jugadores aragoneses pueden competir. Esto se debe a las circunstancias derivadas de la pandemia, que ya obligó a detener las Ligas en marzo y, desde entonces, no han podido retomarse. Aunque sí que pueden entrenar y disputar partidos amistosos, tal y como recuerda el presidente de la FAF, Óscar Fle. Estas actividades las hacen por cuenta libre, aunque respetando los protocolos sanitarios que la Federación marcó al inicio del curso y que Sanidad ha ido modificando dependiendo del nivel de alerta de la comunidad.

De esta manera, Fle cree que sería «mejor si se organizasen las competiciones, estaría todo más controlado». Eso sí, siempre «respetando las medidas y las decisiones que tome el departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón», recuerda el directivo. La Federación sigue pendiente de una fecha que se propuso para el regreso de la totalidad de futbolistas a disputar sus partidos. El 23 de enero.

«Todavía no sabemos nada», asegura el presidente. Están pendientes de reunirse con el Gobierno de Aragón para «siguiendo la lógica, ver si se puede regresar». Fle habla tanto de competir como de que el público pueda asistir a los campos de Tercera y como argumento a favor declara que «no tiene sentido que se abran los teatros o los cines con una foro determinado» y también se remonta a que «la incidencia del covid en el fútbol es anecdótica, queda demostrado en que la Tercera se está disputando sin prácticamente problemas sanitarios».

El secretario general del organismo, Ricardo Gracia, asegura que para que den el visto bueno al pistoletazo de salida su argumento es que estas Ligas de fútbol son «al aire libre» y que lo complicado vendría al intentar poner en marcha el resto de categorías de fútbol sala, ya que se disputan en pabellones cerrados. Además, incide en la importancia de algunas Ligas como la Regional Preferente y la Juvenil Preferente, ya que «hay ascensos, también el fútbol femenino porque hay algunas competiciones con cambio de categoría al final». Habla de que esto sería importante ponerlo en marcha tanto en fútbol como en fútbol sala para rendir cuentas con la competición nacional. Sin embargo, admite que «la información de la pandemia no acompaña».

De todos modos, la Federación entiende que al ser al aire libre prácticamente no hay riesgos e incluso puso en marcha una recogida de firmas para tratar de convencer a Sanidad. «No hay relación directa entre los jugadores», puntualiza Gracia, aunque añade que habrá que evitar algunos comportamientos que se han visto en las televisiones: «Hemos visto abrazos y que cuando llueve se meten todos juntos en una grada cubierta... Habría que tener responsabilidad».

Ascensos en juego

De darse en algún momento, el regreso a la competición no sería en las condiciones a las que los equipos están acostumbrados. Óscar Fle apunta que a él le parecería «mal que no se empezase porque la idea es que haya» a pesar de que se tendrían que amoldar. «Habría que hacer subgrupos para acortarla, como ya se ha hecho en otras categorías». Coincide con Gracia al explicar que «hay algunas Ligas que habrá que jugarlas sí o sí porque hay ascensos» a nivel nacional, refiriéndose de nuevo a Regional Preferente, Juvenil Preferente y al fútbol femenino.

«Todo aquello en lo que no hay ascensos y descensos se puede asumir mejor, aunque todos están deseosos de poder funcionar», expresa el presidente de la Federación. No solo a nivel anímico, sino que también aseguran que ha habido un perjuicio económico al no jugar. La Aragonesa ha hecho un reparto de una subvención «para ayudar a pagar las licencias que no se han podido poner en marcha».

Esto «ha afectado a nivel federativo, a todos los estamentos y a los clubs, porque si no hay partidos no hay ningún tipo de recaudación», apostilla y añade que «por mucho voluntariado que haya, los equipos tienen que hacer frente a los gastos de los responsables de las actividades, siempre hay un reparto económico» a los entrenadores.

La tercera continúa luchando por el público

La Tercera División aragonesa sigue reivindicando el público en las gradas de los campos de fútbol de su categoría. Por el momento, el Departamento de Sanidad no lo contempla y las protestas de los equipos cada vez van a más, ya que ninguno de ellos tiene ingresos sin las taquillas, el bar o las vallas publicitarias que los patrocinadores ponen para que el público las vea. Esta temporada, si todo sigue así, tendrán que vivir con las partidas destinadas por la Federación Española, que el año pasado fueron de unos 140.000 euros por equipo de Segunda B y unos 40.000 en Tercera. Esa cantidad se reducirá en el presente curso debido al incremento de equipos.

Tanto la Federación como los clubs han denunciado que en espectáculos culturales sí se permita la entrada restringida de público y en los eventos deportivos no, siendo muchos de estos (en concreto los pertenecientes a Tercera) al aire libre. Sobre ello, el secretario general de la Federación Aragonesa, Ricardo Gracia, asegura que aunque «no es lo mismo que entren 100 personas en un tipo de campo que en otro», este número de espectadores en un estadio de tantos metros cuadrados es una cifra pequeña que no significaría que se formen aglomeraciones. Sin embargo, Sanidad no parece proclive a cambiar de opinión en un periodo corto de tiempo.