-Ya ha sido presentado con el Numancia. ¿Cómo afronta esta nueva etapa?

-Con las expectativas muy renovadas, no fue un año muy bueno para mí en el Zaragoza y ahora tengo la oportunidad de dar la vuelta a la situación futbolística que he vivido, que no fue positiva. Jugué poco, no tuve en la segunda vuelta apenas participación, pero el año en global fue positivo en otras cosas, porque viví un aprendizaje, conocí mucha gente y me voy con un buen recuerdo.

-¿Por qué cree que jugó tan poco?

-Jugué siempre de extremo y el míster (Natxo González) casi me pidió por favor que a ver si podía participar como lateral, porque sus motivos vio. Tuve unos partidos que di un buen nivel y desde el día del Huesca simplemente dejé de contar.

-¿Le pidió una explicación?

-Tuve una charla con él a la vuelta de las vacaciones de Navidad, me dijo que estaba contento conmigo y que me tenía que ganar el puesto otra vez, solo eso.

-Pudo irse en enero y no lo hizo.

-Tuve ofertas, pero no me convencieron y por eso me quedé.

-¿Es verdad que desde el club se le hizo ver que tenía que dar más?

-No, eso no es verdad. Hubo rumores que no eran ciertos, no sé por qué ni quién los soltó, sobre todo los que decían que no entrenaba bien. Era mentira. Hablé con el club cuando hizo falta y nunca se me dijo nada así, yo entrené igual cuando jugué que cuando no tuve minutos. Ese no fue el motivo de que saliera del equipo, eso está claro.

-¿Hasta qué punto fue frustrante desaparecer por completo del equipo?

-Imagínese. Venía de un año con la lesión donde lo había pasado realmente mal y salió la llamada de un club como el Zaragoza. Y ni me lo pensé, me lo tomé tras una temporada casi en blanco como un gran reto. Al llegar, ya vi que el sistema no me favorecía, porque soy un extremo puro de toda la vida y no jugábamos con extremos. Me dieron la oportunidad de lateral hasta el día del Huesca en El Alcoraz.

-Se nota que tiene ese partido grabado. ¿Cree que fue decisivo para Natxo González?

-Fue una tarde mala mía y del equipo, con el segundo gol con mi despiste. Desde ese día ya casi no volví a jugar, algo desde luego tuvo que ver.

-¿Se marcha dolido?

-Me voy con la pena de que siento que podía haber aportado mucho más, pero no me marcho con ninguna espina clavada y sí muy agradecido a la afición, que me apoyó siempre.

-¿Qué porcentaje del Alain real se ha visto en Zaragoza?

-No sabría decirlo. ¡Es que en Zaragoza no se ha visto a Alain de extremo izquierdo! Obviamente, lo que di está muy lejos de lo que puedo dar.

-¿Cómo vivió el golpe de quedarse a las puertas de subir?

-Fue todo muy rápido, parecía que teníamos en la mano llegar a la final, pero con el gol de Diamanka en el 93 se acaba todo y al día siguiente ya fue la despedida. Fue una pena porque creo que merecíamos subir, habíamos sufrido mucho, le habíamos dado la vuelta a todo, con una parte final de Liga increíble, pero el fútbol tiene estas cosas, esta cara amarga.

-A usted, a Ángel y a Alfaro se les comunica después de la eliminación que deben buscar equipo.

-Yo ya lo había asumido antes y tenía ofertas, aunque pensaba que con la llegada de Imanol Idiakez, ya que lo conozco un poco de la Real Sociedad y me habían hablado muy bien de él, podía tener alguna opción. Pero Lalo tomó la decisión y no hay nada más que decir.

-¿Suena eso a reproche?

-No, de verdad que no. Fue su decisión y ya está.

-¿Cómo ve el Zaragoza que se está formando?

-La continuidad que hay en el vestuario puede dar sus frutos porque ya hay un bloque muy hecho. No conozco a los refuerzos que han llegado, pero estoy convencido de que el Zaragoza va a vivir una buena temporada.

-Será rival directo del Numancia por subir…

-En Soria los objetivos son diferentes, primero es la salvación. Después ya se verá.

-¿Qué priorizó para ir a Soria y fichar por dos temporadas?

-La palabra del míster (López Garai). Me llamó y me convenció, me dijo que me quería de verdad y ya no tuve dudas.

-¿Qué lugar ocupa el año en el Zaragoza en su carrera?

-La Real Sociedad es el club de mi vida, en Miranda el tiempo que estuve sentí mucho el cariño de la gente, di un buen nivel y después tuve la lesión. En Zaragoza ha sido un año muy intenso, me he llevado muchas cosas, ha sido un máster de maduración y he crecido mucho como jugador.