Lo reconoce Borja Iglesias cuando se le pregunta, también lo hace el entorno de Febas y ayer lo admitió Oyarzun. Natxo González está siendo decisivo para convencer a los jugadores que tienen propuestas del Zaragoza para venir. «Fue el primero que me llamó, y si te llama el entrenador siempre te alegra más. Me dejó las cosas claras, confía en mí, quería que estuviese aquí desde el primer día, y no he dudado en venir», aseguró el extremo.

Oyarzun viene de una temporada dura en el Mirandés. Se lesionó de gravedad en verano en la rodilla y tardó más de nueve meses en reaparecer. «Vengo muy feliz e ilusionado, después del año que he pasado con la lesión. Tener la confianza de un club como el Real Zaragoza es una motivación extra. La rodilla está genial, quedó perfecta después de la operación. Yo estoy al 100%, y a disposición del míster desde el primer día», sentenció.

El jugador, un extremo zurdo de los de toda la vida, de los que encaran, con buen regate y con velocidad, era una de las perlas de la cantera de Zubieta, a la que llegó en infantiles. De hecho, la Real Sociedad no ha querido dejarle marchar solo con la carta de libertad. Firma por dos años, hasta el 2019, pero el conjunto vasco se ha reservado una opción de recompra: «Ahora soy jugador del Real Zaragoza por las siguientes dos temporadas. Sé que la Real se ha guardado una recompra, pero solo pienso en ser feliz aquí, hacer disfrutar y conseguir los objetivos». Oyarzun no quiso hablar del ascenso y sí de ir «superando los objetivos».