José Luis Abós estuvo muy presente en su pabellón, más suyo que nunca aunque siga llamándose Príncipe Felipe. Después de una jornada de homenaje en todas las pistas de España faltaba el recuerdo de los suyos, en su casa, y la afición que tanto ha disfrutado con el CAI Zaragoza de los últimos años volvió no solo a ofrecer todo su cariño a la familia del técnico sino también un sincero agradecimiento al legado humano y deportivo que deja tras de sí. Y una petición, presente en carteles y pancartas aquí y allí y también sonora, más tímida al inicio, unánime al final del partido: "Pabellón José Luis Abós", cantó la grada. El Ayuntamiento se lo quiere pensar un mes más.

Las presentaciones de los equipos se adelantaron unos minutos para que Francisco Roca, presidente ejecutivo de la ACB, hiciera entrega a la familia de Abós de la insignia de oro y brillantes de la asociación, concedida a título póstumo, y que recogieron su viuda, Eva Bosch, y sus hijos, Javier y Paloma Abós, en presencia de Reynaldo Benito. La grada se puso en pie, de manera espontánea, y comenzó a aplaudir. Aplaudió más de un minuto --mientras Eva devolvía con emoción tanto cariño-- como podía haberlo hecho durante toda la mañana, como podría estar haciéndolo eternamente.

Después, con la familia del técnico ya situada en el palco y arropada por todo el CAI, el público volvió a levantarse de nuevo para aplaudir. En esta ocasión no a la pista, sino vuelto hacia la grada, a la esquina donde estaban los seguidores del Murcia que habían desplegado la pancarta que ya exhibieron la semana pasada con un mensaje de ánimo por el fallecimiento de Abós. Para ellos también hubo ovación y agradecimiento sincero. No faltaron tampoco las pancartas de los Inchas Lleons ni de la peña José Luis Abós de las Cinco Villas.

Y todavía antes de empezar el encuentro, el último --o penúltimo-- recuerdo. Un minuto de silencio, totalmente respetuoso, absolutamente emotivo, con todo el mundo puesto en pie mientras podía verse a José Luis Abós allí arriba, casi en el cielo, en el videomarcador de su pabellón, dirigiendo a su equipo, en el banquillo, donde tan feliz fue y desde donde tanta diversión y entretenimiento repartió a los aficionados. El minuto se cerró con una nueva ovación de todos los presentes. Entre ellos, el técnico del Bilbao Basket, Sito Alonso, que quiso estar en la grada para rendir homenaje personalmente a José Luis Abós.

Los recuerdos y homenajes no terminaron ayer. El CAI Zaragoza se va a encargar de que el nombre de José Luis Abós, su figura, su legado, permanezcan en el tiempo y en la memoria y estén muy presentes en el futuro del club. Por eso, su Consejo de Administración acordó tres medidas de reconocimiento al técnico. La primera será concederle la Insignia de Oro del club, a título póstumo, para "quien ha encarnado de forma intachable los valores representados por nuestros colores, siendo un ejemplo como deportista y profesional". La segunda, crear la beca de estudios José Luis Abós, dotada con 6.000 euros y destinada a los jugadores de la cantera. No obstante, en su primera edición será para los hijos del técnico.

LAS INICIATIVAS

Y la tercera será retirar una camiseta del CAI Zaragoza con el dorsal número uno y el nombre de José Luis Abós, que será exhibida en el pabellón tal y como está la de Fernando Arcega desde 1995, año de su retirada. El club solicitará los permisos pertinentes para poder llevar a cabo esta iniciativa e irá poniendo en marcha las otras dos en las próximas fechas. Y como último acto de la mañana, totalmente espontáneo, no programado, los jugadores de la plantilla dedicaron el triunfo, el mejor de la temporada además, a la familia del técnico mientras la grada reclamaba el cambio de nombre del pabellón. Pase lo que pase, el Príncipe Felipe es y será siempre la casa de José Luis Abós.