Que un padre y un hijo compartan su pasión por el fútbol es muy usual que suceda cada domingo; pero que ese padre y ese hijo se sienten en el mismo campo, aunque en distintos banquillos, ya no es tan corriente. Sin embargo, esto se dio ayer en Alfindén, cuyo equipo entrena José Manuel Gil, y que se enfrentaba al Brea, que tiene como técnico a Richi Gil, hijo de José Manuel.

"Ayer fue la segunda vez que nos enfrentamos", comenta Richi Gil. "La primera fue en la temporada 2000-2001: yo estaba en el Calatayud, y mi padre era entrenador del Brea". La tensión de un duelo entre generaciones, sin embargo, no pasó a mayores: "Cuando empieza el partido, casi ni te acuerdas de que tu padre está en el banquillo contrario", confiesa Richi, y su padre añade: "Este enfrentamiento se queda en una mera anécdota: quienes se enfrentan son dos equipos, siempre desde el respeto y el amor al deporte".

De lo que sí que está orgulloso José Manuel Gil es de haber inculcado ese amor al deporte no sólo a su hijo Richi, sino a toda su familia."A los 14 años me hice socio del Stadium Casablanca, y yo mismo fui jugador, antes de pasar a entrenar. Además de dos hijos que han sido jugadores de Tercera, una de mis hijas es nadadora, y otra tenista", apunta.

José Manuel y Richi ya habían coincidido dentro del mundo del fútbol: "Cuando tenía 18 años", cuenta Richi, "yo jugué en el Villanueva, y mi padre era el entrenador". El más joven de los entrenadores Gil, que ahora tiene 32 años, afirma haberse quedado con algún gesto de su padre, aunque prefiere seguir su propio método. "En mi casa se vivía el fútbol muy intensamente", rememora. "Siempre te fijas en algo que te gusta de la manera de actuar de otros entrenadores, y el caso de mi padre no ha sido una excepción", confiesa. "Pero él sigue su camino, y yo el mío".

Richi no tiene, sin embargo, mal espejo donde mirarse. José Manuel Gil recibió la insignia de honor otorgada por el Colegio de Entrenadores a los técnicos que han firmado 20 contratos a lo largo de su carrera. "Y fue cuando tenía 50 años", dice. Ahora, a los 58, señala con ironía que está "enfadado con el Barcelona, porque aún no me ha llamado" mientras repasa su trayectoria. "Sería más corto decir qué equipos no he entrenado que en los que he estado", afirma.