La conclusión es rotunda y provoca vértigo. Sin los dos indiscutibles mejores jugadores (Matías Lescano y Otis Hill), el CAI Zaragoza es un equipo más de la Liga LEB. Ayer, en La Casilla, el Bilbao Basket le pasó por encima como una apisonadora, lo derrotó hasta casi humillarlo y le lanzó un aviso serio para lo que vendrá en abril, los playoffs por el ascenso. Sin Lescano ni Hill, el CAI es un equipo cualquiera, en el que afloran los defectos de los jugadores por todos lados y sus virtudes quedan minimizadas. El Bilbao le ganó de 29 y lo peor es que esa diferencia abismal reflejó la que había entre los dos equipos que saltaron a la pista.

El CAI sigue segundo. Eso es una realidad. De los últimos catorce partidos, ha ganado doce. Eso también es cierto. Lleva dos derrotas consecutivas. Verdad. Pero, por encima de todo ello, se eleva la necesidad de abrir una reflexión. Si en el equipo faltan dos jugadores vitales, queda muy poco y, por supuesto, insuficiente para subir.

El despropósito ofensivo de Bilbao dejó a la luz con crudeza las penurias de talento ofensivo del CAI sin Lescano ni Hill. Nadie es capaz de garantizar puntos. Nadie. Y el que menos Lester Earl, cuyas miserias quedaron al descubierto sin Otis. Ni reboteó ni es capaz de generar puntos por sí mismo. Es un americano que sólo es útil con otro de verdad a su lado. Venson Hamilton, un pívot que anota, defiende, intimida y rebotea lo minimizó hasta el ridículo.

MAL EN ATAQUE Y EN EL REBOTE Hay dos datos tristes. El CAI hizo 63 puntos y no dio la impresión de poder hacer más. Y el Bilbao, el peor reboteador de la Liga, se apoderó de los rechaces con autoritarismo: 44 por 22 totales. La derrota fue incluso lógica y esa lógica es perversa. Dos contratiempos de la envergadura de los de ayer en los playoffs desmontarían el equipo y eso debería prevenirse de antemano.

El aviso mayúsculo de La Casilla suma otro daño colateral y que puede ser un peso notable ante la puerta de los playoffs . El CAI se puede aliviar porque conserva una victoria de colchón frente al Bilbao. Sí, pero ayer cedió irremediablemente el basketaverage , una variable que también tiene perdida con el Plasencia. Y este detalle no es mínimo cuando las diferencias por los dos primeros puestos, en los que se otorga el beneficio del factor cancha en la lucha por el ascenso, son perecederas de una jornada a otra.

ANALISIS Y esto no para. El Menorca, el cuarto, visitará el viernes el Príncipe Felipe con Otis ya recuperado. Con el neoyorquino mejorará la solvencia ofensiva y las opciones de victoria se multiplicarán, pero no habría que caer en el error de dejar pasar el aviso de Bilbao sin reflexionar sobre por qué el CAI pasa del todo a la nada sin Otis ni Lescano. Y eso es grave si se sueña con ACB.