Este Zaragoza en pañales y plagado de canteranos cayó ante la UD Logroñés, un equipo de Segunda B, en el segundo ensayo estéril de la atípica pretemporada que está viviendo el equipo, que no es ni el germen de lo que será el 31 de agosto. Víctor Muñoz mueve juveniles y jugadores del filial, rota a los pocos del primer equipo sabiendo que muchos se irán y sonríe cuando se le pregunta por cómo ve la situación. Seguro que Emilio Larraz, técnico del filial y que estaba en Las Gaunas, pudo sacar más conclusiones que Víctor, que además vio como el Zaragoza, que aún no ha marcado este verano, caía con un gol de Camochu en el tramo final. Poco importa este resultado, claro, pero no hay derrota que no duela.

El partido fue soso desde su inicio, sin apenas alicientes futbolísticos más allá de los dos esquemas que probó el técnico, uno en cada parte, y de que el césped rápido por la lluvia posibilitaba un juego de más ritmo que tan apenas se vio. Muñoz, tras una jugada de Javi Álamo y Adán, tuvo la más clara nada más empezar pero no acertó en el mano a mano ante el exzaragocista Miguel, que más tarde exhibió reflejos en un disparo de Álamo. Alguna incursión más del canario, unos detalles de Porcar y la cierta jerarquía de Rico en el carril y de Tierno en el medio fueron de lo más destacado del Zaragoza, muy poco en todo caso. Tan poco que tras 15 minutos iniciales de dominio zaragocista la UD Logroñés fue asomándose ante un sobrio Whalley.

El portero estuvo bien por alto y atajó un remate con poca colocación de Ubis tras la mejor jugada local y otro cabezazo del delantero. Con todo, la mejor ocasión del equipo riojano llegó en un cabezazo de Iker Alegre que se adelantó a Fernández, dejando claro el hándicap del cordobés en los balones aéreos.

La segunda parte no cambió la tónica, pero sí los protagonistas. Víctor Muñoz dio la vuelta a todo el once menos a Tierno y en esa alineación tras el descanso solo había dos con ficha del primer equipo, Paglialunga, con los dos pies fuera del club, y Alcolea. En el 68 saldría Víctor Rodríguez en su debut en esta pretemporada tras las molestias en su rodilla. Y pese a la incertidumbre de su futuro se dejó ver, en una buena pared que Paglialunga desaprovechó y en un remate alto

Si alguien mereció marcar fue el Logroñés sobre todo en un cabezazo al larguero de Julio Rico que botó sobre la línea tras superar a Alcolea, que salió bien ante Menudo y que atajó balones hasta que Camochu en el 86 y en un córner mal defendido ajustició a un equipo en pañales.