El avisto de Natxo González fue muy claro con Papunashvili el pasado viernes, antes del partido frente al Granada, donde fue titular en punta de ataque: «Su adaptación irá en función de su exigencia a la hora de entender el idioma. Esta siendo mayor de la que debería ser. Se le está apretando mucho en este sentido para que se ponga las pilas con el español para que pueda avanzar. Si no, es muy difícil».

La realidad es que el georgiano, al que le falta adaptación futbolística y que suele jugar a veces su partido al margen del que hace el Zaragoza, sí está ahora esforzándose mucho en ese aprendizaje del español, ya que tiene un profesor (en verano hasta pidió uno por Twitter) desde hace un par de semanas con cuatro horas y media a la semana para acelerar en esa faceta. Además, ya tiene novia en Zaragoza. Mientras, Pombo es su mayor apoyo en el vestuario. En Navidad el jugador no viajó a Georgia y pasó varios días con el canterano y su familia.

El idioma ha sido la barrera más difícil para Papu, que además del georgiano habla también un poco de inglés (Natxo no domina ese idioma). Ha ido aprendiendo español desde junio muy poco a poco, pero el club, que ha estado encima de ese aprendizaje, ha visto básico acelerar ese proceso para solucionar ese problema.