El viento deslució bastante un partido que hubiera sido mucho más interesante de ver. A pesar de todo, los dos equipos demostraron su calidad, raseando el esférico y buscando las bandas, aunque las ocasiones de gol no fueron muchas.

El primer periodo estuvo muy igualado, en términos generales, pero el Zaragoza sujetó mejor el centro del campo, y en cuatro o cinco pases llegaba al área, mientras que al Amistad le costaba más, y cuando lo lograba se topaba con Unai. El Zaragoza rompió el partido en un minuto, cuando primero un fallo defensivo del Villalba permitió a Bruna adelantar a los blanquillos, y nada más centrar, en un saque de esquina lanzado por Chavi, Polo, portero local, no fue capaz de atrapar un balón que venía envenenado a causa del aire. Tras un periodo de incertidumbre, los locales reaccionaron, y en la recta final acortaron distancias gracias a un penalti inexistente.

En la segunda parte, la salida al campo de Gámiz permitió al Zaragoza controlar aún más el centro del campo. Al final, en un partido con igualdad de ocasiones, la diferencia la marcó Unai, que desbarató las más claras ocasiones locales.