«Estamos teniendo mucho más protagonismo con el balón, somos más dueños de los partidos». La frase es de Edu García esta misma semana, pero a cada uno de los integrantes de la plantilla que se les pregunta por el estilo de juego con César Láinez, en los cuatro partidos que lleva en el banquillo, la respuesta es casi idéntica. Y es verdad que la apuesta por un 4-1-4-1 con Zapater solo de ancla y Javi Ros junto a Edu Bedia en la medular ha traído más fútbol por dentro y que el equipo se asocia mejor con el balón que en la etapa de Agné, donde el balonazo en largo era casi una ley, y también que es capaz de crear más ocasiones de peligro. Sin embargo, los datos muestran que el Zaragoza está lejos aún de ser un equipo dominador desde el balón.

De hecho, solo en el partido ante el Valladolid, donde tuvo la pelota el 67%, por el 33% del rival, el Zaragoza fue mejor en esa faceta. El Elche tuvo más posesión en el debut de Láinez (60%-40%), también el Almería en el estadio de los Juegos del Mediterráneo (51%-49%) y hasta el Mallorca en La Romareda en la última jornada (45%-55%).

En el bajón del equipo en la segunda parte, sobre todo en el tramo final de los partidos, dejando claro un factor físico que se reconoce solo de puntillas, pero que es un lastre desde hace muchas semanas, está una explicación. La otra reside en que el Zaragoza ha ido por delante en tres de esos cuatro partidos. Ganó en Elche (0-3) y empató en Almería (2-2) con goles muy madrugadores para sufrir con el paso de los minutos y echarse atrás. Y contra el Mallorca (1-0) también se puso con ventaja en el primer acto y dio terreno y balón a los baleares tras el descanso. Solo ante el Valladolid fue por detrás en el marcador y necesitó empatar primero, lo que logró antes del descanso y buscar la victoria después, algo que no consiguió.

La mejoría en la posesión y en el manejo de balón es indudable con la etapa de Raúl Agné. De hecho, en los últimos seis partidos con el de Mequinenza, el Zaragoza solo fue capaz de tener más posesión ante el Sevilla Atlético, con derrota, y de tenerla nivelada con el Numancia, en la única victoria de esos seis últimos choques con el anterior entrenador.

¿Y las ocasiones? El Zaragoza también genera más peligro que antes, si bien baja el nivel tras el descanso. La mejor prueba es que los siete goles con César Láinez han llegado en las primeras partes, los tres ante el Elche (dos de Ángel y uno de Pombo), el de Lanzarote con el Valladolid, los de Ángel y Edu Bedia contra el Almería, estos en los primeros siete minutos, y el firmado por el Pichichi canario ante el Mallorca.

El Zaragoza remató 11 veces en Elche, pero ahí le superó el rival (18) y también lo hizo el Almería, que hizo 13 remates por los 9 zaragocistas. Pero en los dos partidos en casa la producción zaragocista fue mayor que la del enemigo. Mucho mayor ante el Mallorca, donde llegó hasta los 15 remates y también ante el Valladolid, donde fueron 12.