Hace años, el Sobrarbe era un lugar ideal para los turistas estivales que visitaban el Cañón de Añisclo, los valles de Pineta y Chistau y la medieval Aínsa. Sin embargo, la comarca languidecía en el invierno al no haber una estación de esquí. Desde 2011 la comarca ha dado un giro de tuerca espectacular. Fue cuando un grupo de empresarios de Aínsa creó Zona Zero. Hoy el Sobrarbe es conocido en todo el mundo porque es el paraíso de los bikers.

Zona Zero es una asociación empresarial que tiene 103 socios. Pertenecen a la hostelería, la restauración, empresas de guías, casas rurales... Los impulsores fueron Ángel Chéliz, Rafa Bergua, José Luis Bergua, Luis Cierco, Ramón Ceresuela y Jorge Ruiz de Eguilaz. «Dio sus primeros pasos el 2006 con la recuperación de la Asociación de Caminos del Sobrarbe», dice Susana Cubells, uno de los miembros de la empresa. Enseguida se dieron cuenta de que la iniciativa tenía buena acogida. «Empezaron a hacer quedadas de amigos y se vio que había un potencial tremendo con la bici. Hemos desestacionalizado el turismo y tenemos visitantes todo el año. A través de la bicicleta la mejor temporada para venir es en otoño y primavera y también en invierno porque no tenemos nieve. El turismo de verano es más familiar y el de otoño y primavera es más de amigos y no se solapan», indica.

El nombre de Zona Zero ya tiene impacto a nivel internacional «Somos los pioneros y ahora la modalidad de enduro se realiza en todo el mundo. Aínsa fue el primer sitio donde se desarrolló esta especialidad. Es porque por aquí pasa el meridiano de Greenwich y fue en un corrillo de bar donde decidieron poner el nombre. La marca era potente para dar a conocer». Ahora vienen visitantes de todo el mundo. «Organizamos dos Enduro World Series en 2015 y el 2018. Compitieron 500 corredores junto a mil acompañantes y es una fiesta desde que vienen hasta que se van».

En sus ocho años Zona Zero ha tenido un crecimiento controlado. «Hemos conseguido que se fije la población y que la gente pueda trabajar todo el año. A través de la bicicleta tenemos 80.000 pernoctaciones al año», indica.

Las primeras rutas se hicieron en Aínsa, Boltaña y Araguás. Después llegaron otras. «Hace tres años abrimos rutas en el Ara desde Fiscal hasta Torla y el año pasado en La Fueva, donde hemos abierto nueve rutas. El uso es compartido por senderistas, ciclistas y cazadores». afirma Cubells. El marcaje lo realizan los voluntarios de Zona Zero. «Son de todo el Sobrarbe. Vendemos territorio y no ganamos un euro», afirma. Ahora hay más de mil kilómetros marcados con 54 rutas. La más conocida es la de Bajo Peñas. «Está debajo de la Peña Montañesa. También la ruta de País de Lobos, que llega hasta Morcat y el Monte de Partara, que está detrás de Aínsa. Ahora también es marca Zona Zero La Fueva. Tenemos cuatro rutas de ciclo alpinismo en la Cruz del Guardia y el Puerto de la Madera», explica.

El futuro

Zona Zero tiene muchos proyectos. «Nos gustaría tener trazados ciclables en la Sierra de Arbe, en Abizanda, Naval y Barcabo. Es una zona donde el turismo está flojo y estos municipios quieren apostar». También se ha creado Zeta Trails. «Desde octubre a febrero se caza los fines de semana y teníamos problemas de convivencia con los cazadores. Es una aplicación en la que ellos nos comunican dónde van a cazar y nosotros la subimos, marcando la zona donde está cazando».

Este año Zona Zero no ha organizado ninguna competición. «En el Mundial contamos con 250 voluntarios y a la gente no la puedes quemar. Es un desgaste mental y económico montar el Enduro World Series. En el 2020 y 2021 tampoco los organizaremos», concluye Cubells.