Salma Paralluelo se presentó en Antequera ante la élite del atletismo español en los Nacionales absolutos bajo techo. Y todos los que no la conocían, deportistas, entrenadores, jueces, directivos y aficionados se maravillaron de esta atleta sin límites. En ella y en jóvenes como María Vicente o Ana Peleteiro se sustenta parte del futuro de un deporte con una capacidad mediática limitada.

Salma, como María Vicente, fueron dos de las estrellas sobre el tartán malagueño. La catalana batió la plusmarca nacional de pentathlón con 4.412 puntos y con tan solo 15 años Salma se llevó la medalla de bronce en los exigentes 400 metros lisos. Esta gacela zaragozana llegó sin presión y en las semifinales del sábado batió la plusmarca nacional juvenil con 54.10. El domingo volvió a superarse. Frente a atletas curtidas en mil batallas como Elena Bueno o Aauri Lorena Bokesa, la atleta del Alcampo Scorpio corrió como si fuera una veterana.

Desde el inicio se puso primera la granadina Elena Bueno y cogió en cabeza la calle libre por delante de Bokesa. La atleta de Félix Laguna tuvo que correr unos metros por fuera para ponerse en tercera posición. Ese fue el lugar en la que terminó Paralluelo. Con su correr fácil y una zancada amplia y sin crisparse, la aragonesa estuvo a punto de llevarse la plata. Hizo 53.83, a dos centésimas de Bokesa. Esta marca suponía un nuevo récord de España de su edad, la segunda mejor marca mundial del año y los 53.33 de Ester Lahoz, la plusmarca aragonesa, peligran seriamente.

Pero un premio extra es que Paralluelo logró la mínima para los Europeos de Glagow. Allí irá junto a otros tres aragoneses. Los fondistas Toni Abadía y Cristina Espejo y el velocista Dani Ambros. Tranquila y con una madurez impropia de su edad, Paralluelo lo tenía claro en línea de meta. «Estoy un poco en shock. No me esperaba esta marca. ¡Claro que voy a Escocia! Es una oportunidad muy grande de ser internacional y competiré con muchas ganas. Tengo mucha ilusión por mi primer Europeo e iré a por todas», explicaba segura.

Salma Celeste tapó un poquito la excelente actuación de Dani Ambros, que se demostró como un hombre regular cuando su gran defecto era su carácter ciclotímico en el atletismo. El corredor del Alcampo Scorpio fue de menos a más en los 60 lisos. En las eliminatorias corrió en 6.80, en las semifinales en 6.75, lo que suponía mejorar su marca personal. Y en la final hizo una gran carrera. Tras una salida nula de Arián Téllez, Ambros templó sus nervios y salió bastante bien. En los cuadros de llegada superó a Mario López y se llevó el premio del bronce repitiendo marca personal con 6.73. «No esperaba el bronce. Mi objetivo era llegar a la final y marca personal. Tengo que mejorar la salida y me falta fuerza para empujar al principio», decía.

Ambros es el plusmarquista nacional júnior de 200 metros. «Pero en pista cubierta prefiero correr el 60. No se me dan bien las curvas. Pero al aire libre prepararé el doble hectómetro». Tocado con su típica gorra con la visera hacia atrás, Ambros cerraba contento. «No le dedico al triunfo a nadie. Es una cosa personal y el bronce es para mí mismo», reconocía el velocista.

Junto a los dos bronces de la segunda jornada destacó el quinto puesto de Isabel Macías en los 1.500 tras su maternidad. En una carrera al trote los mil primeros metros que le venían a su medida, la corredora del Scorpio supo lograr un puesto de gran valor con 4.36.70. Ganó fácil Esther Guerrero. Bianca Acosta (Playas) aspiraba a medalla en 200 lisos, pero se quedó sin gasolina a la entrada en la recta de meta y fue sexta (24.65).

En un Nacional sin las estrellas de Abadía y Mayo, Aragón firmó una notable competición. Junto al memorable oro de Espejo y los bronces de Ambros y Paralluelo, fueron finalistas Laura Pintiel, Isabel Macías y Alicia Raso. Y el Alcampo Scorpio puso su guinda con el título de Leticia Gil en la longitud con su marca personal de 6,25.