Dice el refrán que a perro flaco todo son pulgas. El reto de la salvación ya era difícil a comienzo de temporada y, a estas alturas, quizá lo es hasta más por la distancia con respecto a la zona templada y porque el tiempo, poco a poco, se va agotando. Pero además las lesiones y los percances no están acompañando para nada en el Huesca. La enfermería nunca está vacía y la suerte no les está sonriendo a los azulgranas en cuanto a la salud física. Francisco vive entre vendajes y parches para poder hacer sus alineaciones.

Obviando al recién llegado Mantovani, solamente tres jugadores habituales se han mantenido sanos desde que comenzase el curso. Son Santamaría, que suma doce encuentros consecutivos; Moi Gómez y David Ferreiro. El cuarto es Camacho, pero su participación está siendo testimonial. Son los supervivientes de un equipo altoaragonés demasiado mermado por las lesiones.

Los oscenses tienen ahora dos semanas por delante para tratar de recuperar a los tocados y recargar las pilas para el tramo final. Etxeita es duda para el Santiago Bernabéu, mientras que Miramón está a la espera de conocer el diagnóstico definitivo tras retirarse del duelo ante el Alavés. Al aragonés, pieza clave, le ha acabado pesando el número de minutos sin descanso.

Los que seguro no estarán son los cuatro jugadores que han tenido que pasar por el quirófano esta temporada. Un número terrible. Luisinho primero e Insua después han tenido que ser operados de sendas roturas del ligamento cruzado. La pubalgia de Melero obligó al madrileño a tener que parar y a operarse y sigue de baja. Por último, Christian Rivera sufrió una fractura en el codo contra el Espanyol y todavía le queda alrededor de un mes hasta que pueda volver.

Los polivalentes

Y así está Francisco, trabajando con lo que tiene y alineando lo que puede. Desde Anoeta el equipo ha mejorado y ha obtenido unos valiosos puntos a pesar de los últimos dos tropiezos, pero la falta de efectivos por las lesiones y sanciones están dejando la defensa temblando. Damián Musto fue en Getafe un parche para el centro de la defensa a pesar de ser un medio defensivo ya que Pulido estaba sancionado, Insua lesionado y Mantovani todavía no había llegado al Huesca. Ahora en el centro de la zaga hay cuatro efectivos, por lo que cualquier percance deja a Francisco sin margen de maniobra.

Miramón y Akapo han sido durante varios meses los dos únicos laterales puros del equipo aragonés, ya que Brezancic contaba entre poco y nada, tanto que acabó en el Málaga. Cuando Akapo, que lleva una campaña complicada con las lesiones, no ha estado disponible, han sido Pulido o Ferreiro principalmente los sustitutos en el flanco izquierdo. De hecho, el gallego es uno de los jugadores más polivalentes del cuadro azulgrana. El Huesca seguirá luchando contra todo.