Javier Paredes, despedido por el Zaragoza el pasado 25 de febrero, ha empezado a ejercitarse con el Sariñena a la espera de encontrar un equipo en el que continuar su carrera. El lateral asturiano está desde el pasado jueves a las órdenes de Manolo Villanova, que ya lo dirigió en el Zaragoza en el tramo final de la temporada 07-08, que acabó en descenso, y de este modo intenta mantenerse en forma y a nivel competitivo tras su salida de la entidad zaragocista.

La idea de Paredes es encontrar ahora acomodo en alguna de las Ligas que aún tienen el libro de pases abierto, como Polonia, Rusia, la MLS de Estados Unidos o en algunos países asiáticos, pero no es nada fácil que esa circunstancia se pueda dar y además el Jabalí va a primar estar con su familia en Zaragoza al menos hasta junio salvo que la oferta económica sea muy tentadora. Así, no sería extraño que el jugador siguiera ejercitándose con el Sariñena, que milita en Segunda B y hoy juega contra el filial de Las Palmas, hasta junio y después, en el mercado de verano, buscará el equipo en el que seguir su carrera, ya que el defensa, que cumplirá en julio 32 años, no tiene pensado retirarse todavía.

BENEFICIOSO "Me llamó Javier y me lo comentó. Yo hablé con el presidente para pedirle permiso y por supuesto que estamos encantados de que venga", señaló ayer Manolo Villanova, que no oculta que las dos partes salen beneficiadas. "A él le viene bien para no perder la forma y a nosotros por trabajar con un jugador de ese nivel. Además, yo ya lo conocía bien y siempre ha sido un profesional que trabaja al máximo y que lo da todo en los entrenamientos. Eso es muy positivo para nosotros", recalcó.

Paredes, que ya acumula dos sesiones con el Sariñena, no dejó de entrenarse con el Zaragoza pese a que en diciembre se le pidió que buscara una salida --Movilla lo tuvo que hacer en el Rayo Majadahonda estando suspendido de empleo y sueldo--. Ahora, el asturiano va a interponer una demanda contra el Zaragoza por ese despido y tiene previsto dar una rueda de prensa la próxima semana para despedirse de la afición zaragocista.