La cita con el Olympiacos del Barcelona no genera ninguna sensación particular entre la hinchada culé; entre otras razones, porque el Barça nunca se ha enfrentado al club griego que visita el Camp Nou (20.45). El mayor, el único interés, reside en la consecución de los tres puntos que encarrile la clasificación para la Champions. Pero el duelo del Camp Nou sí es «emocionante y especial» para Ernesto Valverde, que conserva una indisimulada devoción hacia uno de los equipos que ha dirigido. Tres temporadas permaneció Valverde en el Olympiacos. Ganó el doblete de Liga y Copa en su primera experiencia (2008-09) y luego, tras una amarga etapa en el Villarreal, en la que ni completó media campaña, regresó a El Pireo para conquistar dos Ligas y una Copa más en dos años (2010-12). «No sé por qué les caigo tan bien», reconoció ayer, como si los títulos no fueran suficiente razón. Pervive desde entonces un conexión más profunda y no tan material entre Valverde y el club griego, hasta el punto de que el técnico se fotografió con varios periodistas helenos en la sala de prensa. «Ya dije cuando me fui que una parte de mi corazón se quedó allí», repitió ayer. Antes, a las 18.00, el Atlético visita al Qarabag de Bakú con la obligación de ganar.