La noche del duelo entre el Manchester City y el Liverpool empezó con un pasillo a los campeones y acabó con un baño de 4-0 en el marcador. Los de Jürgen Klopp llevaban ventaja en la clasificación de la Liga pero, en cambio, no estuvieron a la altura en el último enfrentamiento ante los jugadores de Pep Guardiola.

Con el título asegurado desde hace ya una semana, para el equipo del Liverpool había poco en juego. El Manchester City, en cambio, llegaba al partido con unas ganas infernales de ganar e inició el encuentro con un pasillo con identidad histórica a su rival, pero no dudaron ni un instante en ir a por todas en el terreno de juego. El resultado, la goleada, sorprendió, incluso, al técnico catalán. De Bruyne (m.25, de penalti), Sterling (m. 35), Foden (m. 45) y Oxlade-Chamberlain (propia puerta, m. 66) fueron los autores de los goles.

GUARDIOLA, IMPRESIONADO

A pesar de llevar casi 20 puntos de diferencia, el City fue a por todas para ganar al campeón, algo que consiguió con creces. El pasillo, el gesto, se quedó solo para el recuerdo. Klopp intentó defender la actitud de su equipo, rechazando cualquier sugerencia de que habían tomado el partido a la ligera. "Vi una actitud brillante. Vi pelea. No nos comportamos como alguien que se convirtió en campeón hace una semana. Eso sí, nos faltaba fluidez, y en un 50-50 fueron más rápidos que nosotros, expuso Klopp.

Guardiola, al terminar el partido, estaba más que orgulloso de su equipo, puesto que lucharon y derrotaron a uno de los mejores equipos del momento. "Vencimos a los campeones, un equipo extraordinario. Intentamos jugar al fútbol, arriesgarnos contra el mejor equipo al que me he enfrentado en mi vida con mucha presión", explicó Guardiola.

La derrota del Liverpool fue la mayor sufrida por un equipo ya coronado como campeón de la Premier League, algo que se produjo de manera idéntica en 1997. En aquella ocasión, el Arsenal fue derrotado 4-0 por el Liverpool después de logar el título de campeones, una historia que se ha vuelto a repetir.