El apellido Tafalla y judo son casi sinónimos. Así que Susana, hija de Mariano, uno de los mejores judocas que ha dado Aragón, prácticamente nació en un tatami y con el kimono puesto. Comenzó a practicarlo a los tres años y ahora, con dieciocho, empieza a cosechar resultados a nivel nacional después de unos años de duro entrenamiento. «En el campeonato de España perdí en octavos. Pero fue una buena experiencia. En la Supercopa de España en Valencia quedé segunda, ni yo misma me lo esperaba. Llevaba mucha tralla de todo el verano pero no me lo esperaba, me vi en la semifinal muy eufórica. Y luego en cuatro o cinco competiciones seguidas hice bronce», relata esta estudiante de Magisterio de Educación Infantil.

Empezó como algo natural y ha terminado por convertirse en una pasión. «Al principio lo hacía porque mi padre me dijo esto es bueno y hasta los dieciocho años no tienes elección. Si no me hubiera gustado, obviamente, lo hubiera dejado antes. Pero sí que me lo ha contagiado. Además es una cosa que es traspasable a la vida. Requiere mucho esfuerzo y, aunque sea un poco repetitivo, porque para hacer bien una técnica tienes que hacer millones de veces esa técnica, pero también es muy enriquecedor. A mí me ha traído muchas amistades y me gusta mucho», explica.

Susana Tafalla es turolense y entrena y compite con el Club Judo Teruel que su padre ha levantado a pulso en la capital desde hace catorce años. «Empecé a hacer judo cuando teníamos tres años. Vivíamos en un pueblo de la cuenca minera de Teruel y luego ya nos fuimos a Zaragoza y ahí continué, pero mi padre daba clase en Teruel, así que no me enseñaba él. Cuando nos mudamos a Teruel ya sí. Estos nueve o diez años ha sido mi entrenador», relata. Y la saga Tafalla no termina ahí, ni mucho menos. El joven Mariano también se entrena duro. Cursa tercero de la ESO y «también promete, yo creo que sí. Se mete caña», asegura Susana.

Tras un impás de un par de años en los que prefirió no competir, en los últimos dos ha acelerado su formación en el tatami. «Con dieciséis me animé otra vez y empecé a ir a los campeonatos de Aragón, me clasifiqué para el Campeonato de España cadete. El año pasado también hice algunas competiciones pero no logré clasificarme y este año hemos estado entrenando todo el verano, igual he ido a no sé cuántos campus de entrenamiento en Croacia, Madrid, Santander, por todos lados, y se notan los resultados. Ha quedado reflejado», explica Susana. Especialmente enriquecedor fue ese campus en Croacia donde pudo formarse con otros judocas europeos. «Es súper fuerte porque está toda la gente del este que por naturaleza está acostumbrada a pelear. Es gente muy fuerte que va a matar, es un sufrimiento estar ahí una semana, porque es mañana y tarde. Pero a mí me gusta mucho», indica.

Susana es una entusiasta del judo y recomienda su práctica a cualquier persona de cualquier condición y edad porque, asegura, no solo es bueno para la salud sino que ayuda a la autoestima. Eso sí, advierte de que la competición es dura. «De entrada tienes que ir al pesaje, que tienes que clavarlo. Y cuando estás ahí estás en tensión a ver qué pasa. Estás tú sola enfrente de alguien que se te quiere comer. Tu entrenador está al lado en una silla pero te hace indicaciones cuando puede. El entrenador te puede decir cosas, dar consejos de cómo agarrar, cómo poner el pie, y yo estoy tan concentrada que me lo dice, asiento con la cabeza pero no proceso lo que me ha dicho. Pero sí es importante su apoyo. Yo soy muy de llorar, gane o pierda, salgo del tatami y necesito un abrazo. El judo es muy difícil, no lo puedo comparar con ningún otro deporte».

Habitualmente entrena en Teruel, muchas veces contra chicos más fuertes que le ayudan a mejorar, y a veces viajan a Valencia para completar los entrenamientos debido al nivel de esa zona. Además, ha participado en unas charlas promovidas por la Concejalía de Deportes de Teruel para mostrar el judo por toda la provincia entre los más pequeños. «Hacer más accesible el judo siempre está bien», explica Susana. Y es que la financiación suele salir siempre del propio bolsillo. Ahora, con el entrenador en casa, sigue practicando como puede. «Hacemos lo que podemos todos los días por las tardes, a veces también por las mañanas, algún pequeño entrenamiento de cardio y en el poco sitio que tenemos en casa practicamos cosas propias de nuestro deporte y circuitos con gomas y cosas así pero poco más», explica Susana Tafalla, futuro del judo aragonés.