En la mejoría zaragocista en los tres últimos partidos hay una conjunción de factores. Desde la mayor intensidad, pasando por una apuesta y un dibujo más ofensivos al juntar a Montañés y Roger arriba o la seguridad que ofrece Arzo para mejorar el rendimiento atrás. Entre los factores también hay que incluir el paso adelante que ha dado Acevedo tras recuperarse de su misteriosa y larga lesión que empezó e el choque ante el Numancia y le dejó fuera hasta el parón navideño.

Tras la vuelta de las vacaciones, el argentino ha ofrecido poso y soluciones al fútbol del Zaragoza. En el esquema, ha dado un paso para dejar a Paglialunga como único pivote y situarse junto a Luis García y Barkero y con Roger y Montañés por arriba. Es decir, muchos futbolistas por delante del balón para que puedan asociarse y para que generen superioridad. Lo cierto es que por fin el fútbol del Zaragoza ha tenido cierta fluidez en los últimos partidos, algo que parecía imposible en muchos encuentros de la primera vuelta. En la mayoría, de hecho.

Y en esa mejoría Acevedo ha tenido que ver. Ante el Sporting, el Alcorcón y ayer, el argentino ha acaparado presencia en el juego y, sobre todo frente al Hércules, aportó mucho, incluso cuando la entrada de Víctor le hizo acostarse más hacia banda derecha. Antes, en la primera parte, dos disparos suyos generaron problemas a Falcón. La actual apuesta de Herrera en él es acertada, aunque antes de la lesión ya se había ganado su confianza.

Todavía nota los bajones físicos, fruto de su tardía llegada y de una errática pretemporada, pero en este Zaragoza de Segunda, Acevedo, a este nivel, es desde luego titular indiscutible y un jugador más que aprovechable, hasta quizá el mejor centrocampista de los que ahora tiene el equipo.