Tan sólo ha pasado un mes desde que Carlos Pauner alcanzó la cima del Gasherbrum I y ya está preparado para iniciar su aventura en el Cho Oyu. Pero esta subida no tendrá nada que ver con sus grandes retos del 2005, el Everest sin oxígeno por el Nepal y, sin solución de continuidad, el Nanga Parbat.
Pauner quiere hacer una expedición rápida a esta cima de 8.201 metros situada en la frontera del Tíbet con el Nepal y quiere olvidarse de los dos largos y monótonos meses que pasó en el campamento base del G-II. "Fue una expedición muy larga. La climatología es la que manda y el monte se puso en unas condiciones muy malas", dice el oscense.
El Cho Oyu lo afrontará como un descanso activo. "Es el más asequible de los catorce ochomiles. No es un monte en el que haya que trabajar mucho, ni escalar o equipar con cuerda y, si la climatología es buena, con tres semanas en la montaña se puede hacer esta cima", explica el aragonés. "El único problema es que es un monte frío que está en el Tíbet".
La mayor preocupación de Pauner es que le llegue el cargo de su expedición del G-I a España y los problemas políticos que rodean al Nepal. "La guerilla maoísta que actúa en el Nepal se ha hecho más fuerte. Hay problemas en las rutas y se puede chantajear a los turistas a cambio de dinero". Por otro lado, "con el reciente asesinato de varios nepalís en Irak, ha habido represalias contra los musulmanes. Han quemado mezquitas y las compañías árabes con las que vuelo han sufrido atentados en sus oficinas, cancelando los vuelos. Ahora no tengo vuelo para ir a Katmandú", apunta el montañero altoaragonés.
La recuperación
Pauner ya se ha recuperado, sobre todo mentalmente, de su ascenso al G-II. "Llevo un mes en casa y me he dedicado a disfrutar de la vida con los amigos y la familia saliendo a cenar o tomando tapas". Pauner ha estado unos días "en la playa, en Menorca y he volado bastantes días. Es el momento de relajarte. He disfrutado de los Juegos y también me voy a Elche, a visitar a la familia de José Antonio Antón, el compañero que falleció en el G-I", cuenta Pauner.
Para el alpinista de Montañeros de Aragón, no supone una gran estorsión tener que regresar al Pakistán para subir tan sólo en el G-II. "No me preocupa mucho este tema, porque es un monte muy sencillo. Conozco la ruta y en otra expedición que haga al Pakistán, alargaré una semana más mi estancia en la montaña e intentaré hacer la cima", apunta el himalayista.
Pauner partirá el 10 de septiembre de Madrid y llegará a Katmandú vía Milán y Doha. "En la capital del Nepal cogeré un coche para ir hasta la frontera con el Tíbet. En territorio chino tomaré una carretera que sube hasta el Plateau del Tíbet. Se llega al campo base en vehículo". Este campamento está lejos de la montaña y "hay que caminar un día hasta llegar al campo base avanzado, a 5.700 metros, al que llegaré sobre el día 16 de septiembre", apunta el oscense.
De momento, Pauner irá solo a la montaña. "La empresa con la que trabajo me incluirá en un grupo con el que comparto el permiso. Viviré con ellos en el campamento base, pero el planteamiento del monte lo haré a mi aire. Me apetece ir sin depender de nadie", indica el ochomilista.
Ruta normal
Pauner atacará el Cho Oyu por la ruta normal. "Sólo hay un tramo más empinado donde hay que escalar un poquito. El resto es caminar por aristas y pendientes de nieve", dice. Pauner cree que tiene "la ventaja de la aclimatación del G-I. Cuando el tiempo lo permita subiré al campamento II de un tirón, al día siguiente dormiré en el campamento III y al manecer atacaré la cumbre". Espera hacer cima a principios de octubre.
Pauner se encontrará en el campamento base del Cho Oyu con un buen número de expediciones comerciales cuyo objetivo será el llegar a la cima. "El monte es un territorio de todo el mundo y cada uno juega el juego que quiere sin molestar a los demás. No critico a las expediciones comerciales puesto que todos tienen derecho a ir al monte. Son distintos estilos y hay que ser fiel a la filosofía que te has planteado, sin engañar a la gente", apunta Carlos Pauner.
