El 2004 ha sido para Carlos Pauner muy positivo. Tras la epopeya que vivió en mayo del 2003 en el Kangchenjunga, donde estuvo perdido dos días a más de 8.000 metros, para el jacetano el curso que esta a punto de terminar ha sido el de recobrar la confianza y la fuerza tras las amputaciones que sufrió en los dedos de sus manos y de sus pies después de la conquista de la tercera montaña de la Tierra.

El alpinista de Montañeros de Aragón intentó tres ochomiles en el 2003: el Hidden Peak, el Cho Oyu y el G-II, de los que holló la cima de los dos primeros. Estas montañas de exigencia media fueron una prueba de fuego para Pauner. Ya tiene cinco techos , tras los exigentes K-2, Makalu y Kangchenjunga. Ha sido un año muy positivo para Carlos Pauner, que no ha acusado sus lesiones y tiene todo el invierno por delante para preparar concienzudamente sus retos del 2005: el Everest sin oxígeno por la vía nepalí y el Nanga Parbat.

Los meses de junio y julio Pauner luchó contra el mal tiempo para alcanzar el G-I. Fueron 60 días esperando en el campamento base una ventana de buen tiempo. Por fin, el 25 de julio alcanzaba junto a los guipuzconos Willi Barbier y Raquel Pérez la montaña de 8.068 metros. Al final, Pauner renunció a intentar el G-II por el mal tiempo. La expedición se tiñó de luto por la muerte del ilicitano José Antón.

El Cho Oyu

El 28 de septiembre alcanzaba la cima del Cho Oyu (8.201 metros). Lo que para la mayoría es un reto de enjundia, para Pauner fue casi un paseo de salud. Como declaró en los medios de comunicación, subir el Cho Oyu fue como hacer senderismo a gran altura. En tan sólo una semana de estancia en el campamento base, el aragonés llevaba a cabo una subida relámpago junto al navarro Iñaki Otxoa.

El mayor hito himalayista del año lo protagonizó Santiago Sagaste. El 10 de octubre el ejeano llegaba a la cima del Shisha Pangma (8.046 metros) por la complicada ruta británica de la cara sur. Sagaste iba acompañado de ecuatoriano Juan Vallejo. Era el segundo ochomil que alcanzaba el cincovillés tras subir el G-II en el 2003.

Cada año Cecilia Buil culmina una ruta de envergadura en un gran pared. Esta vez abrió una vía junto a sus compañeros de Peña Guara Néstor Ayerbe y Oscar Pérez en el Karakorum. La montaña elegida fue la Changüi Tower, de 5.800 metros. El 26 de agosto subieron por una pared de granito de 1.150 metros de longitud.

En la primavera Buil no tuvo la misma suerte puesto que tuvo que desistir de subir con el equipo de Al Filo de lo Imposible el Shiviling, en el Pakistán. Paradójicamente, no llegó arriba por el buen tiempo que dejó la montaña con peligrosos despredimientos de hielo y roca.

En invierno, un grupo de escaladores de Peña Guara compuesto por Pepín Valdivia, Cecilia Buil, Dani Ascaso, Néstor Ayerbe e Iñaki Cabo realizaban una actividad de primera línea en las cascadas de hielo de Rjukan, en Noruega.

Por su parte, Montañeros de Aragón quiso conmemorar el 75 aniversario de su nacimiento realizando una escalada de categoría. En un primer momento Javier Pérez y Agustín Rodríguez pensaron en la Aguja Shipton, pero después de muchos avatares eligieron una pared de 300 metros denominada Denvor Brakk (4.950 metros) y abrieron la vía denominada Pollo salvaje .

Otra de las grandes gestas del 2004 la culminó el montisonense Raúl Martínez. El 13 de agostó llegó a la cima del Korgenevskaya, una cumbre del Pamir de 7.105 metros. Martínez era el primer aragonés que subía esta montaña. Pese a sufrir una salmonelosis, este montañero nacido en Zaragoza hace 34 años subió en solitario, aunque no pudo intentar su segundo reto, el Comunismo.

Tentativa al Manaslu

La Guardia Civil y al Grupo Militar de Alta Montaña de Jaca no tuvieron suerte en sus aventuras en el Himalaya. No les acompañó el buen tiempo. Los militares querían hollar el Manaslu, de 8.163 metros en una misión científica en la que también se involucró el programa Al Filo de lo Imposible . Pero el equipo de diez montañeros encabezado por el comandante Alberto Ayora regresó a Aragón sin la cumbre.

La expedición de la Guardia Civil al Spantik, una montaña del Pakistán, también regresó sin éxito debido al mal tiempo que barrió la cadena asiática.