Lo que para la mayoría resulta una aventura muy difícil de cumplir, para Carlos Pauner puede suponer casi un paseo por la montaña. Con tan sólo una semana de estancia en el Campamento Base, el alpinista de Montañeros de Aragón alcanzó la cima del Cho Oyu, el ochomil más asequible del Himalaya con 8.201 metros, el martes pasado. Es el sexto techo de la Tierra del jacetano tras el Broad Peak, el K-2, el Makalu, el Kangchenjunga y el Gasherbrum I.

A las diez de la mañana hora nepalí de ayer regresó Pauner al Campamento Base. "He dormido en el Campo II. Me levanté a las seis de la mañana, recogí todo el material y me fui para abajo". Pauner está contento puesto que físicamente ha respondido a la perfección. "En el Campo II, situado a 7.100 metros, he desmontado la tienda con muchísimo frío a las seis de la mañana y los dedos han funcionado sin ningún problema", afirmaba desde el Himalaya Pauner.

LA RECOMPENSA Si este verano en el Karakorum el monte no trató bien a Pauner, en esta ocasión el Cho Oyu ha sido condescendiente con el himalayista oscense. "He recogido la recompensa de los 60 días que estuve en el Campamento Base de los Gasherbrum. Aquí he estado doce días, pero tenía la corazonada de que iba a ser una expedición corta", asegura Carlos Pauner.

Lo del alpinista en el Cho Oyu ha sido una subida relámpago. "No he tenido ni tiempo de terminar el libro sobre el Kangchen. Desde que llegué al Campamento Base no ha nevado ni un día. He aprovechado un período de tiempo estable, he forzado la máquina y, en un visto y no visto, he conquistado el Cho Oyu", apunta Pauner.

El ataque final se produjo la madrugada del 28 de septiembre desde el Campamento II. "Me levanté a las dos de la mañana con una temperatura de 30 grados bajo cero. Tomé un té caliente y comencé a andar". Esta montaña no tiene "dificultades técnicas grandes. Las condiciones de la nieve eran ideales y aproveché la huella de otras expediciones", dice.

En la parte final fue alcanzado por el navarro Iñaki Ochoa de Olza, que ya ha logrado subir nueve ochomiles . "Ochoa salió por la noche desde el Campo Base y subió de un tirón la montaña. Fuimos juntos en el plateau y llegamos a la vez a la cima". Pauner recordó viejos tiempos con el pamplonés. "Hace muchos años que no escalábamos juntos. En la cima hacía algo de viento y estuvimos 45 minutos", apunta el montañero aragonés.

CAMPAMENTO BASE Ha vivido una experiencia muy diferente a la de la soledad del Kangchenjunga. "En el Campamento Base se han juntado algunos días hasta 300 personas. ¡Esto es un circo!", exclamaba el alpinista. "Para muchos era la primera expedición y los había sin posibilidades de llegar a la cima".

En el Cho Oyu se viven historias que serían imposibles en el Lotshe o el Annapurna. "Un neozelandés sin piernas llegó a la cumbre. Llevaba unos crampones adaptados. Este caso es un ejemplo de voluntad humana", afirma.

Pauner, que ha estado en el Campo Base junto a esposa Mila Sotés, quiere llegar cuanto antes a Zaragoza. "No tengo ganas de seguir aquí. Mañana desmontaremos el Campamento Base y a primeros de octubre llegaremos a Katmandú". Tenía billetes de regreso para el 17 de octubre, pero "lo intentaremos cambiar para el 5 o 6 de octubre". Espera estar a principios de la Fiestas del Pilar en Zaragoza y "celebrar la cima tomando unas cañas con los amigos", concluye el jacetano.