Manuel Pellegrini tiene asumido que el del Barça no es un partido cualquiera. Ni por la trascendencia que supone para el City jugar por primera vez en su historia una eliminatoria de octavos de Champions ni por el rival. Pero el técnico chileno no tiene intención de ir por otro camino que el que ha seguido desde que llego a Manchester. Será fiel a un estilo que, salvando las distancias, comparte con su enemigo. "La posesión es muy importante para los dos. Hay que ser inteligente para saber en qué zona disputarle el balón y en qué zona recuperarlo. Y que entonces ellos tengan ese desgaste para recuperarlo. Ahi estará la clave táctica del partido".

Y en ese plan, ha recuperado a una pieza clave: Fernandinho. El centrocampista brasileño aportará el equilibrio que a menudo se pierde por la tendencia de Touré de ir al ataque. Pellegrini no dio pistas sobre si jugara de titular y se remitió a su presencia en la convocatoria. Por poco que pueda, saldrá de entrada, consciente de que el Barça les exigirá mucho más que la mayoría de los rivales a los que se enfrentan. "No es un equipo normal, contra el que juguemos aquí cada semana", admitió en tono elogioso, aunque le considere lejos del mejor Barça de hace tres años. "Es un equipo diferente, no es comparable a aquel. Pero si miras lo que está haciendo esta temporada tiene el mismo rendimiento: líder en la Liga, finalista de la Copa y en octavos de la Champions".

En la larga lista de preocupaciones, Messi es la primera. Un periodista inglés, le recordó que Capello dijo que la única manera de pararle era "disparándole con un rifle". Pellegrini sonrió. "Es muy difícil pararle, es el mejor del mundo, pero no pienso que el Barça sea Messi, hemos de mirarlo como un equipo".