El doctor deportivo Larry Nassar ha sido condenado a una pena de entre 40 y 125 años de prisión después de su tercer proceso por abuso sexual de gimnastas del equipo estadounidense, celebrado este lunes en Charlotte (Michigan). El terapeuta ya había sido condenado a 60 años por posesión de pornografía infantil y, posteriormente, a una pena de 40 a 175 años de reclusión por haber agredido al menos a 265 víctimas durante dos décadas, en el marco del escándalo sexual más grande a la historia del deporte norteamericano.

Como sucedió en el anterior juicio, realizado en el Condado de Ingham (Michigan), la sentencia de este lunes llegó después de un largo desfile de testimonios de víctimas de Nassar, que ofrecieron detalladas descripciones de la forma de actuar del doctor, que ocultaba sus abusos sexuales bajo la forma de tratamientos terapéuticos. Nassar trabajó casi 20 años al servicio del equipo olímpico de gimnasia de EEUU, y también para la federación nacional de este deporte y para la Universidad de Michigan State, sin que sus fechorías fueran detectadas o castigadas. En las últimas semanas se han producido varias dimisiones en estos organismos, que fueron incapaces de atajar el criminal comportamiento de Nassar.

La jueza del Condado de Eaton (Michigan), Janice Cunningham, pronunció la sentencia entre la emoción y las lágrimas de muchas de las víctimas, presentes en la sala. Entre ellas, Rachael Denhollander, la primera mujer que acusó al culpable de abuso sexual, que había repetido insistentemente en su alegato ante la juez: "¿En cuánto se valora a una niña?" La respuesta la tuvo en la misma corte. "Su valor es la sentencia más grave que la justicia puede dictar, que es lo que ha sucedido aquí".

El inexpresivo acusado apenas se inmutó y parecía no entender lo que había pasado durante el juicio. "La visión de vuestros testimonios permanecerá siempre en mis pensamientos", acertó a decir. "No estoy segura de que realmente entienda que lo que hizo está mal y el impacto devastador que tuvo en las víctimas, sus familiares y amigos", asegurá la jueza Cunningham.