Hasta que la Policía Nacional no contó que se habían intervenido, una a una, casi un centenar de entradas de localidades correlativas con las que los radicales del Riazor Blues pretendían entrar el domingo en el Calderón, nadie alzó la mano para detallar la trayectoria de esos pases hasta terminar en manos de hinchas gallegos. Los responsables del Atlético regalaron un centenar de entradas a la dirección del Deportivo. La dirección del equipo gallego las regaló al presidente de la Federación de Peñas Deportivistas, Miguel Otero, y este se las hizo llegar a uno de los líderes ultras del Blues, Raúl Pereiro, uno de los 21 detenidos que hoy pasará a disposición judicial.

¿Qué hizo Raúl Pereiro con el centenar de localidades regaladas? Vender cada acceso a 30 euros a los miembros más radicales de los Riazor Blues. Miguel Otero no comunicó al coordinador de seguridad del Deportivo que había entregado ese bloque de localidades a los radicales. Primer error, porque estaba obligado a hacerlo. Eso supuso que nadie conociera de antemano que ese desplazamiento se iba a realizar, a bordo de dos autocares.

EL TRAYECTO Cosa distinta es que, pese a no comunicarse, la brigada de información de la policía de La Coruña no lograra detectar que se iba a producir ese desplazamiento. Un gran fallo del que tendrán que dar alguna explicación. Los Riazor Blues contrataron los vehículos en una empresa de Lugo, para despistar a los investigadores, y de camino a Madrid recogieron a seguidores de las aficiones hermanadas del Rayo, Bukaneros, y del Alcorcón, Alkor Hollingans. Ayer prosiguieron las declaraciones en las dependencias de la brigada de información. Entre los detenidos hay 12 del Riazor Blues, seis del Frente Atlético, dos Bukaneros y un Alkor Holligans.

Falta por identificar y localizar a los autores del asesinato de Francisco Javier Romero Taboada. Ayer se conocieron los resultados de la autopsia, que confirmaron que fue arrojado al Manzanares, tras ser apaleado con una barra de hierro. Le reventaron la cabeza y el bazo.